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Cláusula antirracista

Julio César amenaza con dejar el Dortmund por causas xenófobas

El defensa internacional brasileño, Julio César, de 31 años y de raza negra, quien dejó el Juventus de Turín para jugar en el Borussia Dortmund ha sufrido en carne propia las consecuencias del racismo y la xenofobia en Alemania: el miércoles pasado le prohibieron el acceso a una discoteca y sus vecinos le han denunciado por aparcar el coche con dos ruedas sobre la acera. El futbolista atribuye lo ocurrido al color negro de su piel y podría incluso rescindir el contrado con el Dortmund. Tuvo la habilidad de incluir una cláusula antirracista: si se siente agraviado puede marcharse en cualquier momento.Los sentimientos racistas ya no respetan en Alemania ni a las estrellas del fútbol. Julio César jugó 61 partidos con la selección brasileña y después se ganó el pan fuera de su país primero en el equipo francés Montpellier y después en el Juventus de Italia. A principios de esta temporada Julio César fichó por el Dortinund. Su fichaje le costó al Dortmund dos millones de marcos (165 millones de pesetas).

No las tenía todas consigo Julio César al venirse a Alemania, porque había tenido noticia del creciente sentimiento racista entre la población y su novia no quería vivir en un país que le inspiraba temor. Según informa la agencia alemana DPA el central brasileño llegó incluso a incluir en su contrato una cláusula que le permite la rescisión inmediata, en el caso de sufrir ataques racistas.

Este jueves, Julio César acudió a la sede del Dortmund para denunciar que lo que se temía ya había ocurrido. En la noche del miércoles, Julio César quiso ir a una discoteca en compañía de su intérprete, un estudiante de informática de 26 años. El portero del local les prohibió entrar con un "vosotros, no" y el argumento de que la sala se reserva el derecho de admisión. No sirvieron de nada ni la insistencia del intérpete, ni tampoco las explicaciones de que se trataba del defensa del equipo local, que lo ha contratado como una figura. A la solicitud de hablar con el dueño, el portero replicó: "Hace ocho años que se mur¡ó".

Llovía sobre mojado. Julio César ya había tenido ocasión días atrás de trabar conocimiento con sus "agradables vecinos" de un barrio residencial de Dortmund, donde acaba de instalarse en una elegante casa. Los vecinos no dudaron en llamar a la policía, cuando a Julio César se le ocurrió cometer el terrible delito de aparcar su automóvil con dos ruedas encima de la acera.

Considera Julio César que la denuncia es "claramente racista" y se mostró indignado por la prohibición de entrar en la discoteca. El club ahora teme que el futbolista haga uso de sus derechos y rescinda el contrato.

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