"Me gusta dejar Madrid a ratos y disfruto mucho al volver"
Puede que su caso no sea del todo habitual. Cualquier progenitor en sus cabales tuerce el gesto si su niña decide ser actriz. El padre de Emma Suárez -Madrid, 1964- tuvo más que intuición al empeñarse en que su hija, con sólo 14 años, acudiera a las pruebas para las Memorias de Leticia Valle, de Rosa Chacel, que llevó al cine Miguel Ángel Rivas. Ahora, mientras rueda en Madrid Una casa en las afueras, a las órdenes de Pedro Costa, cuenta y no termina los títulos que vienen y en cuyo reparto está su nombre. Souvenir, Enciende mi pasión y Sombras paralelas. Su buen momento, resultado del talento, y la constancia, confirma la teoría de quienes creen que en España el arte del arte de la escena es femenino.Pregunta. ¿Suscribe lo dicho?
Respuesta. Lo cierto es que hay muchas más actrices que actores jóvenes, pero para toda, la profesión lo realmente difícil es encontrar buenos, papeles, aunque soy consciente de que éste no es mi caso.
P. ¿Le hubiera gustado ser una chica Belle époque?
R. Sí, me hubiera encantado, y me alegra ver que mis compañeras están en plena proyección internacional. Es algo bueno para todos nosotros, porque significa que nuestro cine se está descubriendo.
P. ¿Es usted sexy a su pesar?
R. No, que va. Jamás me he sentido un sex symbol, pero siempre es agradable que los demás te encuentren atractiva.
P. Antes era referencia obligada en las listas de lolitas.
R. Supongo que la gente siempre tiene que decir algo de ti, especialmente cuando empiezas, como supongo que lo dirán de todas las actrices jóvenes que han ido surgiendo después.
P. ¿Es más feminista desde que rodó La ardilla roja?
R. Nunca he sido feminista, sino femenina. En cuanto a las películas que he rodado con Julio Medén, reconozco que nos entendemos de maravilla. Resulta estupendo trabajar con gente joven, confiando tanto los unos en los otros.
P. Rodó Memorias de Leticia Valle, de la recientemente fallecida Rosa Chacel.
R. Sí, no hace mucho coincidí con Paco Casarel, que también trabajó en la película, y lo primero qué me dijo al verme fue: "Emma, se nos ha muerto la autora".
P. ¿La conocieron personalmente?
R. Sí, ella estuvo un día en el rodaje, charlamos mucho y me pareció una mujer con una fuerte personalidad. Todo el mundo hablaba de su mal genio, pero mis recuerdos son gratísimos. Además, por muchas películas que hagas, la primera es especial, nunca se te olvida.
P. Ni los primeros compañeros de reparto, Fernando Rey, Héctor Alterio o Esperanza Roy. ¿Se siente hoy un poco más maestra?
R. ¿Maestra yo?, para nada. Ningún actor termina de madurar. En mi caso, cada vez, que me pongo ante una cámara siento el mismo miedo que en la primera ocasión. Más que una sensación, es una ley.
P. Alguna vez ha dicho que el panorama está como para salir corriendo, ¿se refiere a Madrid?
R. Me refiero al trabajo, y no es para tanto. Simplemente digo que ésta es una labor creativa que necesita tiempo. Las prisas no son buenas para el cine. En cuanto al sitio, me gusta dejar Madrid a ratos y disfruto mucho al volver. Aquí he vivido siempre, soy más urbana que otra cosa, y nunca me ha planteado irme a otro lugar.
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