El Madrid no homologa al Joventut

El Madrid no estuvo para fiestas. Todos esperaban un partido que hiciera recobrar la moral al aficionado, que no gana para disgustos después del desastre de la selección ante China. Nada tiene que ver el Mundial con la Liga, la selección con los clubes. Pero el baloncesto español necesita recuperar el ánimo perdido. No lo hará con partidos como el de ayer. La Asociación de Clubes no reparó en gastos. Todo estaba preparado para una velada de las que hacen afición. Pero tan sólo la afición madridista pudo salir reconfortada. Y no era eso lo que se pretendía. Se deseaba una especie de catarsis. Que ganara quien ganara, lo hiciera tras un partido vibrante, igualado, bonito para el espectador neutral. Pero allí estaban Sabonis y sus camaradas. Necesitan tener delante algo más que un equipo voluntarioso y tenaz para no ganar de calle. El Joventut no estuvo a la altura de las circunstancias, y sus aficionados, que se las prometían muy felices tras haber visto cómo en un par de días le birlaban la Liga catalana al Barcelona y daban buena cuenta del propio Real Madrid en Fuenlabrada, pagaron las consecuencias. Porque el Madrid de ayer nada tuvo que ver con el de Fuenlabrada. Sabonis y los suyos pusieron el piloto automático, y encima, cuando se despistaron más de la cuenta, allí estuvo Zeljko Obradovic, en su primer regreso a Badalona como técnico visitante, para poner las cosas en su sitio.El Joventut se quedó con el daño no excesivo del resultado, pero con la certeza' de que nada tiene que hacer ante el equipo referencia de la Liga, el campeón de las dos últimas ediciones. Sin Ferran, sin Dani Pérez, con dos americanos muy poco efectivos y con la plaza de tercer extranjero vacante, lo peor para los badaloneses fue que tomaron conciencia, de golpe, de que se han alejado de ser el equipo que, cuando menos, podía tener aspiraciones de batirse por el título. Pedro Martínez, su nuevo técnico, lo intentó todo y echó mano de los jóvenes, Albert y Sanmartín. Pero los detalles de clase de estos dos y la vergüenza torera de Rafael Jofresa no sirvieron apenas para maquillar el marcador, que llegó a ser favorable al Real Madrid por 18 puntos, 30-48.

El Real Madrid se asemejó bastante al del año pasado. La mano de Obradovic apenas se ha notado. Sabonis juega de memoria con Arlauckas y Kurtinaitis. Cargol obtiene constantes posiciones para el tiro. Eso sí, su defensa fue ayer más activa que en otras ocasiones. También intentó controlar más sus ataques. Está claro que los marcadores del Madrid van a menguar y que sus victorias se van a basar más en un baloncesto control. De alguna manera, y a pesar del gris día de Biriukov y la desigual aportación de sus bases y de Martín, el Madrid dio más de lo mismo. El Joventut ha ido a menos. Ayer fue un alivio la introducción de las nuevas reglas que impiden el uno más uno que daba lugar a tácticas dilatorias y a finales de partido igualados de forma artificial. Si no lo remedian pronto, los verdinegros quedarán pronto descabalgados de los primeros puestos, sin ninguna opción.