MEJOR QUE EL SEXO
¿George Bush? "Una especie de placenta medio comida abandonada tras el nacimiento de Ronald Reagan". ¿Bill Clinton? "Un novato sin gracia y con malas costumbres". De esta manera tan políticamente incorrecta habla el periodista Hunter S. Thompson de los dos principales candidatos a las presidenciales estadounidenses de 1992 en la crónica de la campaña electoral que acaba de publicar: Mejor que el sexo: confesiones de un adicto a la política atrapado como una rata en el vecindario del señor Bill. Thompson es uno de los supervivientes de un invento de los años sesenta llamado -periodismo gonzo. Entre otras cosas, siguió durante meses a pandillas de ángeles del infierno hasta que se hartaron de él, le dieron una paliza y quedó tirado en una cuneta. De ahí surgió uno de los mejores libros del nuevo periodismo. Tom Wolfe le dio, en 1966, el Iron balls award (premio Huevos de hierro) para escritores independientes a jornada completa. Hunter asegura que éste será su último trabajo sobre política porque, además de ser una penosa experiencia, Clinton le ha decepcionado. La política puede ser mejor que el sexo, pero parece que para Thompson sería preferible volver a pescar tiburones de noche y bajo los efectos del ácido para luego escribirlo, como ya hizo años atrás-
