La hora de la catarsis
Han transcurrido dos meses del desastre en el Mundial, cuando el cabezazo del calvo centrocampista búlgaro al servicio del Hamburgo, Yordan Letchkov, mandó a los alemanes a casa. Ahora ha llegado la hora de la autocrítica y de marcar las pautas para el futuro de la selección alemana. Ante el partido amistoso del próximo miércoles contra Rusia, los internacionales alemanes se encerraron con el seleccionador, Berti Vogts, quien les leyó la cartilla. Todos parecían conjurados para hablar claro y hacer un firme propósito de enmienda, en lo que parece ser una especie de catarsis colectiva.Vogts, que resistió todas las presiones de quienes pedían su cabeza, no ha realizado una gran limpieza. En la lista de convocados para el partido contra Rusia de los titulares del Mundial sólo se advierte la ausencia del portero Bodo IlIgner y del centrocampista Stefan Effenberg, además de los veteranos, los defensas Guido Buchwald y Andreas Brehme y el delantero Rudi Völler.
El seleccionador alemán ha criticado de forma abierta a sus pupilos, a quienes acusa de no haberlo dado todo en Estados Unidos. Asegura Vogts que los reconocimientos médicos constataron que algunos de los futbolistas alemanes sólo rindieron a un 75% de sus fuerzas en el Mundial. Vogts es la encarnación palpable de lo que se consideran estereotipos alemanes, el prototipo del made in Germany: trabajo, solidez, seriedad y entrega sin límites a la profesión. Éstas, que se consideran las tradicionales virtudes alemanas, parecen haber entrado en decadencia. Vogts no cree que se trate de un problema generacional, "sino de los alemanes en general".
Para sacudir a sus internacionales el muermo, ha sacado a relucir un concepto que ha llamado la atención a los medios de comunicación alemanes, cuando dijo que es necesario entrenar la fuerza de voluntad. A la pregunta de qué es eso, Vogts definió: "Cuando uno en los entrenamientos va más allá del punto del dolor, tiene después la sensación de alivio de haber producido algo. Así conseguirá en la competición superar los límites. Esa fuerza de voluntad, ese fuego, tenemos que sacarlo a relucir de nuevo".
Vogts está convencido de que hoy demasiados entrenadores se preocupan de no sobrecargar a los futbolistas. La duda que se pIntea ahora es si los aburguesados futbolistas alemanes sabrán comprender este lenguaje.
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