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FUTBOL PRIMERA DIVISION

El Athletic hace un guiño a su peor pasado

El criterio del Deportivo fue suficiente para superar a un equipo sin imaginación

El Deportivo acreditó en San Mamés sus avales para la competición liguera. Intacto en su estilo, suplió la falta de consistencia ofensiva con una disposición táctica inteligente que se saldó con dos goles y dotes de mando para controlar a su rival. El Athletic destapó su pasado más lamentable en un ejercicio de confusión y descrédito que amenaza con desequilibrar las expectativas de la afición. Cualquier parecido con el Athletic de Heynckes es pura coincidencia.Las comparaciones son odiosas pero inevitables. El marketing decía que el Athletic de Irureta es mejor que el de Heynckes; la pizarra, que se rige por idénticos criterios; la ciencia, que es más consistente en defensa y más agresivo en ataque. Pero lo cierto es que el Athletic de uno y otro coinciden en el uniforme pero difieren en la denominación de origen. En San Mamés se ha instalado de nuevo la tómbola donde se rifan balones sin premio. Las paredes, es decir, la imaginación y el ejercicio técnico parecen prohibidos y los centros a la tribuna resultan reiterativos. Algo huele al pasado.

El Deportivo tocó el silbato y redujo el partido a sus términos. Metió el balón entre rejas y otorgó las llaves a Donato y Fran para que administraran su libertad condicional. Sin obsesiones ofensivas, el Depor se dejó llevar por la corriente, asumiendo la debilidad que le produce el ataque de morriña de Bebeto.

Entre un Athletic sin pies ni cabeza y un Deportivo inicialmente reservón, la disputa tenía que ser liviana. Sin sus brasileños el Deportivo pierde cuajo, pero sin Guerrero y Eskurza el Athletic lo pierde casi todo, especialmente la personalidad y el disfrute con el balón, el sentido de la posesión y el tacto con el cuero.

La impresión general es la de un Athletic más culturista pero más inculto, a pesar de disponer de casi los mismos elementos y de mejores circunstancias.

El partido resultó insípido en su primera mitad. Cuando Fran y Donato abrían la reja se podía disfrutar con las carreras de José Ramón y los caracoleos de Manjarín, simulando intentos de huida. Así murieron 45 minutos con sólo dos zarpazos de Aldana y Donato que Valencia devolvió al redil. Por parte del Athletic nada, absolutamente nada que no fuera rutina, imprecisión, sorteo y malas relaciones entre las teóricas líneas del equipo.

Tras el descanso el Deportivo se cansó de jugar en tan corto espacio ante un rival que le devolvía la dignidad cada vez que le entregaba el balón. Abrió el partido y Manjarín encontró sentido a su posición. En una de éstas encontró un hueco entre la impávida defensa rojiblanca y buscó la cabeza de José Ramón que marcó a placer.

Más que un cambio de actitud el Deportivo buscó entre el arbolado y encontró un claro, supliendo el instinto ofensivo por la claridad de sus ideas. No cabe duda de que su lección está bien aprendida. En cuanto adecuó la psicología del partido a sus posibilidades hizo sangre en el Athletic. Donato ratificó el examen con un gol de pizarra ejecutado con precisión y potencia.

Por contra, el Athletic desconoce el manual, las reglas y las posibilidades de este juego. Toda su vocación defensiva fue un espejismo y lo que es peor, parece haber borrado de su memoria toda la autoestima que Heynckes le inculcó. Ayer fue un vivo ejemplo de confusión, con jugadores fuera de lugar.

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