Apatía
Los mercados financieros entraron ayer en una fase de inmovilidad casi absoluta cuya principal causa parece estar en el irregular comportamiento del dólar. La divisa norteamericana cedió terreno frente al yen, al tiempo que lo ganaba frente al marco y la peseta, contra la que recuperó 25 céntimos para cerrar a un cambio medio de 131,35 pesetas por dólar. La bolsa apenas reaccionó a lo largo de la mañana, pero al final de la sesión y ante el fracaso de Wall Street por superar el nivel del 3.900, los inversores decidieron deshacer posiciones y esperar acontecimientos con el dinero en los bolsillos. La contratación de esta sesión fue de 15.630 millones de pesetas efectivas, una de las más bajas del ejercicio, y gracias a la velocidad que tomaron las transacciones en los minutos finales. A lo largo de la mañana, varios operadores señalaron la posibilidad de que el negocio se situara en el nivel más bajo del año. La concentración aumentó respecto de días anteriores, con un 55% para los cinco valores más negociados.Los mercados de deuda tuvieron un comportamiento diferente, ya que a última hora los precios se recuperaban ligeramente sin que ello influyera en la trayectoria de la renta variable, más inclinada por seguir a Wall Street. Este mercado volvía a insistir a media sesión en el asalto al 3.900 y después de haber bajado 10 puntos limitaba su recorte a sólo 2,5. Al cierre de Wall Street ganó 18,45 puntos. El índice de la Bolsa de Madrid cedió al final un 0,41%, 1,29 puntos que le sitúan otra vez por debajo de comienzo de mes.
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