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Por Dios, ¡qué jaleo!

El párroco y la alcaldesa de Nuevo Baztán reviven las eternas disputas de Don Camilo y Peppone

Vicente González Olaya

Los personajes de Giovanni Guareschi, los irreconciliables Don Camilo (el párroco) y Peppone (el alcalde comunista), viven en Nuevo Baztán (1.130 habitantes) y se llaman Estrella Ortí, alcaldesa, de la Candidatura Armonía, y Gerardo Raya párroco. Graves problemas entre los dos han oscurecido las relaciones del obispado con el Ayuntamiento.Los vecinos consultados, no obstante, se muestran partidarios del, sacerdote, porque "al pobre le están haciendo la vida imposible", declaran.

El último enfrentamiento entré ambos fue hace tres semanas. El cura s e disponía a pintar la sacristía, incluida dentro del conjunto histórico-artístico del palacio de Nuevo Baztán. Dos agentes municipales se presentaron en el templo. Le requirieron el permiso de obras. "No me hace falta porque esta iglesia está bajo la tutela de Bellas Artes", respondió el sacerdote. No le sirvió de nada. Le paralizaron los trabajos.

Desde la Dirección General de Patrimonio de Madrid se apunta: "Es cierto que este templo se encuentra bajo la tutela de este organismo y que el sacerdote no necesita licencia si cuenta con una autorización de Patrimonio. De todas formas, el párroco estaba obligado a pedirla. Si no la tiene, el Ayuntamiento le puede exigir la ficencia". La Dirección General de Patrimonio desconocía ayer si el sacerdote lo había pedido.

Una semana después, el párroco recordó a los feligreses, durante, la homilía dominical, que la sacristía estaba inacabada por los impedimentos municipales. "De repente se levantaron unos familiares de la alcaldesa y le increparon. Dijeron que no querían escuchar política en la. iglesia", comenta Manuel Gambín, vecino del pueblo y testigo de los hechos. "Le llamaron, incluso, asqueroso", añade. La mayoría de los asistentes comenzaron a aplaudir al cura.

"Estoy harto"

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Gerardo Raya no quiere hacer declaraciones. "Estoy harto" musita. La concejal de la Agrupación Independiente de Nuevo Baztán, en la oposición María del Pilar Medina completa la historia que el cura no quiere contar. "Todo comenzó hace algunos años, cuando la alcaldesa decidió enfrentarse con medio pueblo. Primero echó, a los médicos, al farmacéutico, a la gestora, de la urbanización Eurovillas... El párroco es uno más en su larga lista", comenta. Curiosamente, el anterior párroco del pueblo, don Eusebio, también tuvo problemas en el municipio.

El Ayuntamiento le denunció por plagio. "La alcaldesa argumentó que utilizó documentos municipales para escribir un libro sobre Nuevo Baztán", comenta Manuel Gambín. Le llevaron a juicio. El sacerdote ganó el contencioso. "El juez argumentó que había empleado documentos públicos y de la propia Iglesia y que, por tanto, no había plagiado nada", termina Manuel Gambín. Don Eusebio vive en una parroquia del barrio de Bilbao. Un sacerdote amigo confirmó ayer este relato.

Eí concejal de la Agrupación Independiente de Nuevo Baztán Francisco Rodríguez asegura que la alcaldesa intentó también embargar las cuentas del obispado porque no le pagaban el impuesto de bienes inmuebles (IBI). "Y eso que sabe perfectamente que la Iglesia está exenta de ese tributo. Tuvo que intervenir hasta el obispo de Alcalá". Fuentes del obispado comentaron ayer: "En virtud de los convenios de la Santa Sede con el Estado español, la casa rectoral, el cementerio y los locales de culto están exentos de pagar el IBI".

Amalia Jiménez, vocal de la Asociación de Vecinos de Villar del Olmo-Nuevo Baztán, añade que el parróco también fue multado por aparcar enfrente de su propia vivienda. "Estaba descargando unas bombonas de butano cuando le pusieron la multa por estacionar en una calle peatonal. La alcaldesa gestionó la multa a través de la Dirección General de Tráfico para que la sanción fuese mayor. ¡No sé cómo pudo conseguirlo!".

Jiménez recuerda que hace un ano el párroco criticó la supuesta lentitud con la que habían acudido a un accidente los servicios municipales. "La alcaldesa, días después, pidió al obispo que lo trasladase a otro pueblo", termina.

La oposición municipal asegura también que cuando empredraron las calles del municipio "se olvidaron de arreglar la esquina de la casa del párroco. Por eso, como su casa está más baja que la acera, la primera vez que llovió tuvo que sacar el agua a cubos".

La alcaldesa no respondió ayer a ninguna de las llamadas que este periódico efectuó a su despacho y vivienda,

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Sobre la firma

Vicente González Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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