A la cárcel

El señor ministro de Comercio ha condenado a la población española a quedarse en casa los domingos. No abren los supermercados en el día del Señor, y por tanto, los españoles, sin nada que hacer, no se pueden mover de la salita de estar en todo el día. Lo que es doblemente malo, porque contradice las aspiraciones expresadas por el señor Gómez Navarro en su anterior cargo: el entonces secretario general para el Deporte recomendaba una dosis moderada de ejercicio para hacer frente al estrés del trabajo semanal.Pero no contaba usted, amigo lector con la señora ministra de Cultura. Imagínese usted. Se encuentra tranquilamente tomando un café en su sofá preferido y suena el timbre de la puerta. "Niño, vete a abrir". "Papá, que es la guardia civil". No sé a ustedes, pero a mí esos anuncios me producen taquicardia, sobre todo cuando vienen en pareja. "Dígame usted, cabo".

"Disculpe. Servicio de Inspección del Ministerio de Cultura. ¿Ha cumplido usted con la obligación de la película española semanal?". "Ay, por Dios, claro que sí", exclamo con horror, rebuscándome el bolsillo. "Si tenía yo los billetes por aquí. ¿Qué pantalón llevaría yo anteayer? ¡Mary! Mira a ver si no andarán los billetes de la española en el cenicero en donde pongo las varillas de la camisa. Le juro que los tengo, cabo". "Acompáñeme".

La Benemérita es implacable en estas misiones que le encomiendan. Nada. Es domingo por la tarde, el azar del muestreo ha escogido nuestra casa. Y mi familia, la del cuarto y la del entresuelo acabamos siendo conducidos a Todos a la cárcel. Bueno, es mejor que tener que asistir a la ceremonia de los Goya (para reincidentes).Claro que sólo los que demuestren 10 asistencias a películas españolas en el último trimestre tendrán derecho a entrar en domingo en El Corte Inglés.