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El universo de Aznar

Catálogo de escuderos con la vista puesta en La Moncloa

José María Aznar se siente cerca de la presidencia del Gobierno. Piensa que sólo una catástrofe o un cúmulo de errores por su parte le impedirían ganar las elecciones municipales y autonómicas de mayo, para después, con alcaldías y gobiernos regionales amarrados, entrar por la puerta grande en La Moncloa. Desde su llegada a la presidencia del Partido Popular (PP), en 1990, cuando la mayoría en su propio partido pensó que era uno más entre los efímeros sustitutos de Manuel Fraga, Aznar ha cambiado el partido y renovado a fondo su organización. Un hipotético Gobierno del PP sólo lo conoce él.

Uno de los méritos de Aznar es haber disuelto las familias del PP y haber unificado sus corrientes ideológicas. La única corriente que conserva cierta personalidad, gracias a su peso en las nuevas relaciones internacionales de los populares, es la de los democristianos. Para clasificar a quienes tienen peso hoy en la dirección del PP es necesario recurrir a criterios generacionales, de procedencia o al área en que realizan su trabajo.

EL COGOLLO

Cada lunes, en torno a las nueve de la mañana, se celebra en Génova, 13 una reunión para planificar la semana. Asisten, invariablemente, seis hombres. Junto a Aznar se sienta el secretario general, Francisco Álvarez Cascos. De 47 años, madrileño con raíces asturianas, en trámite de separación matrimonial, ingeniero de Caminos, se ha hecho insustituible. Con cierta periodicidad corren rumores sobre una baja en su cotización política, pero en el estado mayor del PP siguen diciendo que si no existiera habría que inventarlo.El tercer asistente es Mariano Rajoy, vicesecretario general, de Pontevedra, registrador de la propiedad, de 39 años y el único soltero del grupo. Un hallazgo para el PP. Con su magia gallega ha disuelto los nidos de conflictos que dejaron en muchas provincias las pugnas de los últimos años 80 por la sucesión de Manuel Fraga.

Rodrigo Rato y Alberto Ruiz-Gallardón asisten a título de portavoces parlamentarios en el Congreso y el Senado, respectivamente. El primero, madrileño, de 45 años, abogado, economista y hombre de negocios, es uno de los primeros amigos que hizo Aznar cuando en 1982 llegó de ignoto diputado por Ávila al Congreso. Es, además, el número uno indiscutible del equipo económico del partido.

Pese a verse envuelto cada pocos meses en informaciones sobre supuestas operaciones para desbancar al presidente del PP, Ruiz-Gallardón nunca ha dejado de contar con la confianza de Aznar. A los 35 años tiene larga carrera por delante, Este fiscal en excedencia. aspira a arrebatar al PSOE la presidencia de la Comunidad de Madrid, para lo, que necesita la mayoría absoluta.

El sexto participante en estas reuniones no tiene el carné del PP y, con 30 años, es el más joven del grupo. Miguel Ángel Rodriguez, vallisoletano, jefe de la oficina de información del PP, es algo más que un jefe de prensa. Su estrategia de comunicación le ha convertido en una pieza esencial del engranaje.

De este núcleo esencial, al margen de Rodríguez, todos tienen algo en común. Proceden de la vieja AP. Han pilotado la transformación, pero son de. la casa de siempre, incluido Aznar, que asegura haber votado a UCD en las primeras elecciones democráticas, pero que en 1979-ocupaba ya la secretaría de AP en Logroño.

Hay un séptimo miembro del núcleo central del partido, aunque no asiste a las reuniones de los lunes, ni tiene carné. Pedro Arriola, de 45 años, se tiene por "un profésional" que trabaja para el partido como podía hacerlo para cualquier empresa. De hecho, llegó de la CEOE. Casado con la europarlamentaria Celia Villalobos, Arriola probablemente ha hecho más que todos, los ideólogos por llevar el partido al centro, a base de encuestas y estudios.

LOS ÁULICOS

Un segundo círculo concéntrico, en tomo a Aznar agrupa a tres consejeros especiales. Los tres proceden de la Unión de Centro (UCD), a diferencia de los anteriores. Rafael Arias Salgado, de 52 años, se apareció al partido en enero de 1993, recién llegado del CDS, y se convirtió en un valioso aval para romper la desconfianza del electorado centrista. Su influencia queda patente en su frecuente proximidad a Aznar en las campañas electorales. Además, se le ha confiado un papel en la preparación de los programas electorales para compensar la influencia de los jóvenes liberales puros y duros.Rodolfo Martín Villa, leonés, de 59 años, cabeza del grupo de los azules, reformistas desde el interior del franquismo, lo fue todo menos presidente del Gobierno con la UCD. Aznar aprecia su experiencia en cuestiones de Administración y de Justicia e Interior. Como antiguo titular de Interior, Martín Villa sabe lo que son unas elecciones y ha tenido algo que ver con los sucesivos triunfos del PP en la Comunidad de Madrid.

Otro antiguo azul de la UCD, Gabriel Cisneros, zaragozano de 54 años, tiene un papel más oscuro, pero los análisis que prepara son apreciados en la presidencia del PP. Pese al calvario a que le tienen sometido. en el Congreso sus vecinos de escaño del PSOE -"Gabi, las flechas, que se te caen las flechas", le gritan aludiendo a su pasado en el Frente de Juventudes-, Cisneros pasa por ser un magnífico conocedor y anticipador de los movimientos en el interior del partido socialista.

LOS CEREBROS

Todos tienen en común la juventud y la ideología liberal sin más apellidos. Aznar les ha ido incorporando a la dirección para que manejen las calderas, ideológicas, desde las fundaciones próximas al partido o la elaboración de programas electorales. José María Michavila, de 34 años, es un brillante letrado del Consejo de Estado que dejó la secretaría general de la Complutense para ocupar un escaño en el Congreso.A Miguel Ángel Cortés, de 36 años, se lo trajo Aznar de Valladolid para que impulsara la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales, de la que es secretario. La FAES es "la fundación de Aznar", que distribuye los fondos entre las restantes fundaciones en la órbita popular.

Carlos Aragonés, aunque madrileño, de 37 años, pertenece al clan de Valladolid. Aznar le confió la dirección de su gabinete en la presidencia de Castilla y León y luego le encomendó la coordinación de la presidencia del partido.

Guillermo Gortázar, nacido y en Vitoria hace 43 años, profesor universitario de Historia, se encarga del área de formación, pero trabaja también para construir un pasado presentable para la derecha española y ha conseguido asociar al intento a algunos nombres prestigiosos a través de debates y jornadas de estudio.

Perteneciente a la misma generación, aunque dedicado a las tareas de organización, Juan Carlos Vera, de 39 años, no es un fichaje reciente, a diferencia de los anteriores. Fue asesor jurídico electoral de Coalición Democrática y Alianza Popular desde 1986.

LOS BARONES

Primero, y muy por delante de los demás, Manuel Fraga, de 71 años, presidente de la Xunta y fundador del partido. Además, otra media docena de presidentes regionales del PP se han ganado un papel más allá de su responsabilidad territorial. El donostiarra Jaime Mayor Oreja, de 43 años, ingeniero agrónomo, ha logrado reconstruir en Euskadi el PP sobre las cenizas de la UCD, a la que perteneció. Javier Arenas, de 36 años, también ex ucedeo, gaditano, se ha convertido en un héroe para el partido tras vaciar a medias la bolsa electoral del PSOE en Andalucía. Juan José Lucas, de 50 años, soriano, profesor de Derecho, es algo más que amigo del líder del PP. El ahora presidente de Castilla y León preparó el desembarco de Aznar en Génova, 13, desde la secretaría de organización. Gabriel Cañellas, de 53 años, presidente balear, es un viejo tiburón del partido, que preside las islas desde 1980. El último barón es Aleix Vidal Quadras, barcelonés, de 49 años, consolidado como el hombre fuerte de Cataluña.

LOS ECONÓMICOS

La galaxia de personajes con peso en el PP se completa con tres equipos concretos, dedicados a la política económica, las relaciones exteriores y la brega parlamentaria. En el primero, por debajo de Rato, cuenta Cristóbal Montoro, jiennense, de 44 años, catedrático de Economía Aplicada. Se ha convertido en un eficaz portavoz del liberalismo económico a ultranza.Luis Gámir, de 52 años, catedrático de Política Económica, defiende planteamientos "social-liberales". Ex ucedeo como el anterior, el eurodiputado José Manuel García Margallo, de 50 años, ha ganado peso como experto en cuestiones fiscales.

El contrapeso. populista lo aporta Celia Villalobos, malagueña, de 44 años. De la vieja guardia, apadrinada por Fraga para ingresar. en la dirección en 1992, la hoy eurodiputada desempeña un papel indiscutible en la relación con los sindicatos.

LOS DIPLOMÁTICOS

Territorio democristiano por ex celencia, gracias al. peso de esta corriente en el concierto europeo. No. obstante, el ibicenco Abel Matutes, de 52 años, portavoz del partido en el Parlamento Europeo, es un viejo compañero de viaje de Fraga desde los orígenes. A la veta democristiana clásica pertenecen Marcelino Oreja, de 59 años, sucesor de Matutes en la Comisión Europea, y Javier Rupérez, de 53, portavoz de Política Exterior. El responsable de las relaciones internacionales del partido es el diplomático José María Robles Fraga, de 38 años.

LOS PARLAMENTARIOS

A Federico Trillo, murciano de 42 años, jurídico militar, se le agradece haber logrado tumbar la ley Corcuera, una inteligente operación que permitió al PP presentarse como "el partido de las libertades". Con un año más, Loyola de Palacio, primera presidenta de la organización juvenil Nuevas Generaciones en 1977, es la mujer con más peso en el grupo parlamentario. Enrique Fernández Miranda, gijonés de 44 años, doctor en Medicina y encargado del área sanitaria, y Luisa Fernanda Rudi, de 43 años, nacida en Sevilla y afincada en Zaragoza, portavoz en la comisión Rubio, son dos parlamentarios en alza por su labor en la Cámara. Luis Ramallo, verdadero tanque parlamentario y martillo de socialistas, pacense, de 56 años, está en el Parlamento desde la primera legislatura.

El despacho vacío

Desde la aparatosa segunda renuncia de Manuel Fraga a la presidencia del PP (en febrero de 1990), su despacho en la quinta planta de Génova 13, permanece desocupado, tal y como él lo dejó, con las estanterías repletas de libros y recuerdos personales. Es una especie de sanctasanctórum en la planta noble del edificio alquilado que ocupa la sede nacional de los populares, en la que sólo tienen despacho José María Aznar, Francisco Álvarez Cascos y los colaboradores más inmediatos de ambos.El despacho de Fraga se había ido convirtiendo con el paso del tiempo en un símbolo. de veneración hacia el "presidente fundador". Simbolizaba la idea -necesaria para Aznar en sus primeros pasos en la presidencia-, de que el león de Perbes tenía las puertas abiertas para cuando quisiera volver. Nadie entraba allí y nadie osó proponer un nuevo uso para un espacio relativamente amplio, en-un inmueble donde cada vez falta más sitio.

Al llegar a la presidencia, Aznar descartó ocuparlo y organizó otro en la misma planta, en el que instaló su antiguo escaño en el Congreso. Cuando se remodeló el hemiciclo, la Cámara había ofrecido a cada legislador la posibilidad de adquirir su antiguo asiento por unos pocos miles de pesetas.

Lo cierto es que el tiempo todo lo relaja, hasta las tradiciones que parecen más imperecederas. El despacho de Fraga se ha cansado de esperar en semipenumbra un retorno ya inverosímil y la organización de los servicios en la quinta planta de Génova, 13, cada vez re quiere más espacio.

Deforma que cuando Aznar Álvarez Cascos celebran desayunos de trabajo con invitados en una salita aneja a la antigua estancia del patrón, el despacho adquiere un uso insólito y muy prosaico. A falta de cocina, sirve de antecámara para que el servicio, sobre la mesa del "presidente fundador", prepare las jarras de zumo de naranja, mantenga caliente el café y la leche y prepare las bandejas con los fiambres y las pastas.

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