Ballet marginado

El excelente crítico de ballet Roger Salas expresa, en EL PAÍS del 27 de julio, su sorpresa porque "cuatro gatos" han ido a ver Giselle, por el Ballet de Bielorrusia, en el cuartel del Conde Duque, y era lo mejor en danza en lo que va de año, añade.Pero habrá que agregar que la falta de publicidad de tal acontecimiento ha sido total. Ni la prensa ni la televisión -la pública que pagamos todos- le han dedicado un minuto. Solamente la radio regional se ha ocupado de pasada el mismo día de la presentación, cuando ya es imposible alterar el programa personal de esa fecha.

Parece que el ballet clásico debe pasar inadvertido para el Ministerio de Cultura, la Comunidad y el Ayuntamiento. ¿No son demasiados intereses oficiales en ocultar o penalizar el ballet clásico en este país, donde, por otra parte, no tenemos una compañía dedicada a este tipo de danza? Sin embargo, sí hay un gran público, y necesidad de esa expresión cultural.

El desinterés llega al extremo de que el cuartel del Conde Duque no publica en la Cartelera su teléfono ni los horarios de taquilla. Tampoco avanza la programación, ni la del día siguiente ni los posteriores. Así no hay forma de enterarse, sobre todo para los que vivimos en los pueblos de los alrededores.- María Dolores Rodríguez.