Un nido en el pinar
Un nido en el pinar. Así llamamos, los nacidos y moradores, a Navaleno, un pueblo en plena zona de pinares sorianos.Cuando llega esta época del año, el verano, todos estamos obsesionados con una palabra: fuego. Al mínimo conato de incendio todo el mundo corre a sofocarlo, arriesgando la propia vida. (Recuerdo la víctima que costó un pequeño incendio, para nosotros demasiado grande, justo ahora hace un año.) Todo ello, por intentar conservar este pinar que nos rodea, que nos hace disfrutar del fresquito en las noches veraniegas y de todos sus frutos en el resto del año.
Sin embargo, en contraposición a todo esto y a lo que los medios de comunicación nos intentan recordar estos días, "Cuidado con el fuego", aquí, en Navaleno, estamos viendo que durante las últimas noches, en ciertos puntos del pinar que nos rodea, se encienden verdaderas hogueras de diversión, y cuál es el desconcierto y desasosiego de algunos vecinos al acercarse allí y observar atónitos la hoguera; no pueden por menos que llamar la atención de las personas que allí se encuentran y obtener sólo una respuesta: "Tenemos permiso".
Ahora me pregunto yo: ¿es posible que se concedan este tipo de permisos, cuando todos estamos expectantes y temerosos de un fuego y todos somos conscientes de que por la sequía tan tremenda que padecemos puede llegar en cualquier momento? ¿Por qué no evitar lo evitable?
No pongo en duda que todas estas hogueras se apagarán conscientemente. Horas antes de cerrar este escrito he comunicado a la Guardia Civil la presencia de una hoguera considerable a las tres de la mañana en el corazón de un bosque de pinos jóvenes, a unos metros de una gran acampada y de un pueblo cercano en fiestas.-
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