Los serbios devuelven las armas que robaron en Sarajevo para evitar nuevas represalias de la OTAN

Los serbios que cercan Sarajevo se dieron ayer por enterados del mensaje que les envió la OTAN con el bombardeo el viernes de sus posiciones y optaron por satisfacer las condiciones impuestas por la ONUpara evitar nuevas represalias. A primeras horas de la madrugada entregaban cuatro de las armas pesadas robadas el día anterior de un polvorín de Unprofor (Fuerza de Protección de Naciones Unidas en Bosnia) y, a última hora de la mañana, la quinta que faltaba del lote reclamado por la fuerza internacional. Seguidamente, el portavoz de la Unprofor, Rob Annink, informó del fin de la amenaza de nuevos ataques aéreos contra los serbios que ocupan las colinas que rodean Sarajevo.

Lo primero que se devolvió fue un tanque T-55, dos vehículos blindados de transporte de personal y una batería antiaérea Praga. Finalmente llegó la pieza que faltaba, otra batería antiaérea de triple cañón de 20 milímetros. "Esto es simplemente una pausa. Podemos continuar con los ataques aéreos, pero hemos dado a los serbios una oportunidad para que se reorganicen y piensen al respecto", declaró Annink el viernes al comentar que esperaban la devolución a lo largo del día de ayer del armamento robado.

Dos cazas de la OTAN destruyeron en la tarde del viernes un blindado anticarro M- 18, en el que había montada una poderosa ametralladora de 76 milímetros. El vehículo se encontraba a 12 kilómetros al sur del aeropuerto de Sarajevo. El jefe de las fuerzas de la ONU en Bosnia, el general británico Michael Rose, indicó que para que los civiles tuvieran tiempo de retirarse, se avisé a los serbios con una hora de anticipación de que se procedería a un ataque contra el objetivo específico de ese M-18. Esto permitió también a los miembros de la tripulación del M-18 -normalmente cinco hombres- a huir de la zona.Sin víctimas

El Estado Mayor serbobosnio confirmó ayer que no hubo víctimas en el ataque y atribuyó la acción a "presiones de la comunidad internacional" para que acepten el plan de paz del Grupo de Contacto.

Los medios bosnio-musulmanes también atribuyeron "carácter político" al ataque de la OTAN y alegaron con tono despreciativo que se había limitado a destruir un cañón "de museo", ya que el M-18 se fabricó en 1940. El Gobierno bosnio acusó a los serbios de haber deslizado en la zona de exclusión delimitada por la ONU -20 kilómetros alrededor de Sarajevo- numerosas armas de largo calibre en 148 posiciones estratégicas. Añadió que los militares serbios se han aprovechado de la "pobre vigilancia" de Unprofor para "burlar" la zona de exclusión de armamento pesado dictada en febrero pasado. Fuentes de la ONU tacharon de "infladas" esas denuncias del Gobierno bosnio de mayoría musulmana.

Ayer también, la Unprofor desató una operación casa a casa contra los francotiradores que siguen castigando Sarajevo. A pesar de ello, un civil resultó alcanzado por una bala en un céntrico barrio de la capital bosnia. El viernes resultaron heridos de, bala cuatro civiles que viajaban en un tranvía. Fue el segundo ataque de la semana. Como consecuencia las autoridades de Sarajevo decidieron suspender los transportes urbanos hasta que las fuerzas de paz internacionales les garantizasen protección frente a los francotiradores. Ese mismo día la ONU inició el envío de equipos especiales para la lucha contra esa plaga que azota la capital bosnia.

Mientras, en Pale, el presidente del autoproclamado Parlamento de Bosnia, Momcilo Krajisnik, señalaba que esperaba que esta Cámara se reúna hoy o mañana para declarar "el estado de guerra, la movilización general y el racionamiento de los víveres".

Por su parte, Radovan Karadzic, líder de los serbios de Bosnia, ordenó ayer a las autoridades locales que movilicen brigadas civiles para hacer frente al cierre de las fronteras dictado por Serbia y Montenegro tras el nuevo rechazo, el jueves pasado, del plan de paz del llamado grupo de contacto (Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, Alemania y Francia).

Todos aquellos en edad de trabajar y "sea cual sea su nacionalidad o su religión están sujetos a trabajos obligatorios", declaró Karadzic, tras destacar que debe darse una prioridad absoluta a la recogida de las cosechas y a los trabajos en las granjas.