Pervivencia de tiranos y dignidad humana

Se me ocurre esta reflexión. Pues, más que una reflexión, es una vivencia colectiva que aquí voy a reflejar.Todos los seres humanos vivimos la vida como más bien podemos; cada uno, a su vez, la asume y la expresa como más bien conoce.

Y hablando de conocer, he leído atentamente el artículo, espléndido artículo, del profesor Francisco J. Laporta, publicado en la sección de Opinión de EL PAÍS del pasado 13 de julio de 1994: Vindicar al tirano.

Del pensamiento del señor Laporta extraigo algunas ideas para resaltar lo siguiente:

1. La pervivencia de regímenes políticos de tiranía, dictaduras militares o etnocracias en muchos países del mundo (Cuba, Haití, Guinea Ecuatorial, son un ejemplo de ello) confiere mucho sentido y una enorme autoridad moral, por su actualidad, a una frase como ésta: "No se deben poner adornos a la historia de una vejación colectiva".

2. El sacrificio, en vidas (por torturas, negligencia de los gobernantes o, sencillamente, por la inoperancia de éstos) y haciendas personales, que pueblos enteros padecen a causa de las dictaduras es motivo, para muchas personas, de "optar entre algún padecimiento personal o la propia dignidad".

La pregunta sería: ¿qué opción les quedaría, por ejemplo, a los cubanos, haitianos, guiñeanos, mientras sus tiranos hacen todo por negarles su condición moral básica?

Muchos ciudadanos -lo que es una ironía llamarlos así-, digo que muchos hombres y mujeres de estos países arruinados por dictadores empedernidos optan sencillamente por padecer en silencio. Otros, por su parte, preferimos sufrir aquí, en el exilio de la inmigración, pero en alta voz.

La dignidad de los seres humanos es incomparable con cualquier régimen político como los que persisten en Cuba, Haití, Guinea Ecuatorial, Zaire, etcétera.

A la camada de tiranos y dictadores que aún perviven en muchos países: sepan que sus días están contados. Felizmente, por la dignidad humana.-