"Nadie pregunta por, las cuentas de otros"
Asume con disciplina la tarea de administrar los dineros del partido y no puede ocultar su amargura porque el ojo público sólo se pose sobre el PSOE.
Francisco Fernández Marugán, 47 años, máximo responsable de Administración y Finanzas del PSOE, repetirá ante juzgados, comisiones parlamentarias o ante cualquier ámbito que nada sabe de Filesa ni de financiación irregular de su partido. En contraste, está dispuesto. a abrumar de datos respecto a los dineros del PSOE desde el 20 de junio de 1991 cuando el secretario general, Felipe González, le encargó que llevara las cuentas.
Pregunta. Asume usted que su partido y el resto de las fuerzas políticas no han tenido interés hasta ahora en hacer una regulación transparente de los métodos de financiación.
Respuesta. Hemos ido por detrás de los acontecimientos. Lo que se toleraba en la transición, hoy recibe una fuerte censura. Los ciudadanos rechazan con razón que desde los partidos se auspicien estructuras de negocio. De la transición a ahora ha habido un cambio muy, saludable de valores y la sociedad quiere transparencia.
P. El origen de la financiación irregular empezó en la misma transición Y no hubo una ley de financiación hasta 1988. ¿Cómo se financiaron los partidos en esos 10 años?
R. No lo conozco. [Marugán siempre ocupó cargos en áreas de la Presidencia del Gobierno]. En esos años, los partidos fueron creando estructuras por toda España, y haciendo frente a procesos electorales casi todos los años, con lo que el endeudamiento crecía. Nosotros hemos declarado nuestra deuda desde 1979 porque seguimos siendo el mismo partido, y en esas circunstancias sólo quedan CiU y el PNV. Los demás han desaparecido o han cambiado de nombre.
P. Como no había normas ¿todo valía?
R. No puedo dar cuenta de cómo fue porque no lo viví.
P. Los más neófitos saben que los métodos tienen que ver con empresas fantasmas o donaciones secretas.
R. Desde que yo estoy en este puesto nada de eso se hace. Nuestros datos son públicos, deudas, gastos e ingresos. Tenemos separadas las cuentas ordinarias de las electorales, presentamos nuestros presupuestos y su liquidación. Nada extraordinario, desde luego, lo normal. La opinión pública de quien nada sabe es del resto de los partidos. Esto me produce cierto pesimismo. No quiero creer que esta preocupación exclusiva por las cuentas de los socialistas se inscribe en un elemento político más para desacreditar al PSOE.
P. Esta preocupación será objeto de estudio en una comisión del Congreso en septiembre. Parece que quieren que los demás enseñen sus cuentas.
R. Pues sí. No. parece justo que algunos se escondan detrás de los comportamientos de los demás para ocultar los propios. Además de esa comisión, debe salir una nueva ley de financia ción de partidos que ayude a que los ciudadanos vuelvan a recuperar la confianza perdida.
P. Después de años de rechazo, asumen un futuro sistema mixto de financiación con aportaciones privadas.
R. Lo aceptamos siempre que vengan de personas físicas y no jurídicas. Esto garantiza que los partidos no dependan exclusivamente de los fondos públicos y, por otra parte, que no acaben vinculados a organizaciones empresariales.
P. A ustedes les ha supuesto golpe duro el caso Filesa.
R. Sí, ha sido un golpe muy uro, con un coste electoral evidente, unido a los casos de los últimos meses. Estamos pagano por ello y no debe quedar duda alguna de que no vamos a consentir ninguna irregularidad, afecte a quien afecte; pero vuelvo a lo que dije. Tengo que preguntarme por casos de otros partidos en Burgos, Valencia, Galicia, Baleares. o Cantabria ara constatar que no ha generado el rechazo esperable. Uno Íensa que un sector de la sociead debe considerar que las irregularidades son consustanciales a la política de la derecha.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.