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Jesús de Polanco, destaca el papel de la sociedad civil en el desarrollo de la España moderna

Jesús de Polanco, presidente de PRISA, destacó ayer el papel que una sociedad civil vertebrada tiene en el funcionamiento de la democracia y el progreso, durante el actoen el que recibió el Premio Juan Lladó de apoyo a la cultura y a la investigación. Polanco comentó que Lladó fue, durante el régimen de Franco, una figura excepcional "y ciertamente solitaria` en la construcción de la sociedad civil española. El avance logrado desde entonces permite a España, según Polanco, incorporarse a una Europa en la que "empiezan ahora, por fin, a circular libremente las personas".

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Alcanzar una sociedad integrada y armónica exige que sus empresarios contribuyan a financiar actividades culturales y de investigación, aseguró ayer Jesús de Polanco, presidente del Grupo PRISA, editor del diario EL PAÍS, y de la Fundación Santillana. "El nuevo concepto de liderazgo empresarial", explicó ayer al recibir el Premio Juan Lladó de apoyo a la cultura, "exige aportar cuentas de resultados henchidas no sólo en lo económico, sino también en lo social, cultural, tecnológico, ecológico o laboral como la mejor garantía del futuro de la empresa".Polanco subrayó asimismo la importancia de unas cuentas de resultados saneadas. Ello es especialmente importante cuando la empresa tiene como objetivo "la producción de bienes culturales", porque es la mejor garantía de independencia. "La salud financiera de un grupo dedicado a la producción de bienes culturales es la más sólida aportación posible al conjunto de, la sociedad libre y democrática". Ello permite evitar "servidumbres respecto de ningún poder". Y esa "independencia hace que el halago sea sincero; la critica, eficaz, y la mesura, fruto exclusivo de la prudencia y la razón".

Reto futuro

El presidente de la Fundación Santillana defendió vigorosamente el papel de los empresarios en los próximos años. Polanco aseguró que será un periodo muy importante en el que España se jugará su estilo de vida. "No es que nos estemos jugando el color político de un Gobierno: eso es irrelevante para una sociedad civil bien estructurada. Lo que está en juego es nuestro estilo de vida, de relación, de desarrollo, de estructura laboral y de modelos de gestión o de convivencia", afirmó. Polanco destacó el papel que deben jugar los empresarios, los líderes de opinión y los intelectuales para explicar al país este reto y añadió que él se siente "plenamente identificado con esta tarea".

Desde su creación, en 1985, el Premio Juan Lladó ha sido concedido a Ramón Areces, José Ángel Sánchez Asiaín, Juan March, Manuel Gómez de Pablos, Carmela Arias, Pere Durán Farell, Javier Benjumea y Plácido Arango.

La intención de la Fundación Ortega y Gasset y del Instituto de Empresa, que conceden el premio, es distinguir al "empresario que se muestra sensible a las solicitudes y necesidades de la cultura de su tiempo y pone a contribución la potencialidad de su empresa para impulsar estudios, investigaciones y actividades de tipo cultural". La Fundación Santillana es, "por su especialización en la promoción y el estudio de nuevas técnicas educativas", una de las organizaciones destacadas por los responsables del premio.

Jesús de Polanco afirmó que se sentía "abrumado" por el prestigio del premio que recibió ayer. "No me lo esperaba, porque parece que los empresarios estamos en la vida civil no p ara recibir galardones, sino para crear riqueza, lo que exige un rigor implacable en la defensa de la cuenta de resultados", aseguró.

El presidente de PRISA dijo que le gustaría creer que el premio obedece a su "aportación a la reconstrucción de la sociedad civil en España", para que sea un país "más libre y democrático" y esté cada vez "más integrado".

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