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"Jugar con el toro es 'debuten"

Incruenta y divertida suelta nocturna de vaquillas en Las Ventas

La movida nocturna de Las Ventas empezó con buen pie. El emocionante espectáculo de correr delante de las vaquillas, tan habitual en numerosas plazas de pueblos madrileños, fue divertidísimo y alcanzó una alta participación de aficionados, mayoritariamente jóvenes. En la madrugada del pasado sábado al domingo, y al término de la novillada con picadores, Las Ventas se transmutó felizmente en una plaza de talanqueras. Como además no hubo ni un solo herido, pues las va quillas eran cortas de trapío y con los pitones afeitados, el festejo fue perfecto. De dos orejas. Tal y cual resumía, en tono retrechero, castizo y cañí, uno de los corredores: "Jugar con el toro es de buten".Pese a la competencia del Mundial de fútbol, con un in teresantísimo Brasil Holanda, más de 6.000 espectadores integraban el cota rro. Una asistencia importante y no in ferior a la de la corrida de toros de ayer domingo. Eso sí, con otro tipo de público, más joven y fácil a la hora de juzgar a los novilleros que antecedieron a las vaquillas, aunque se dejaron guiar por ese Sanedrín sabio y vigiIante de la ortodoxia que es el omnipresente tendido siete.

La impaciencia por emular a los ídolos de la tauromaquia o simplemente por disfrutar en ese ancestral y españolísimo juego con el toro hizo que en cuanto se arrastró al sexto no villo del festejo llovieran sobre el ruedo decenas y decenas de chavales y alguna joven promesa entrada en años. Unos con capotes y muletas y la mayoría a cuerpo limpio aguardaron con expectación y su aquel de jinda la salida de la primera de las tres eralas.

Muchos de ellos se habían desplazado desde varios pueblos donde son tradicionales estos juegos, así como los encierros, que suelen realizarse con los novillos o toros astifinos que se van a lidiar por la tarde. No era de extrañar, por tanto, que uno de estos profesionales que derrochan ríos de testosterona en semejantes ocasiones comentase en tono displicente: "Ésto está chupao".

Mientras, en la enfermería, el cirujano Miguel García Padrós, con gran experiencia en este tipo de espectáculos en los pueblos -a los que acude con una UVI móvil-, confiaba en no tener que trabajar mucho.

El escaso trapío de las vaquillas, sus cuernos afeitados, la profesionalidad de los aspirantes a la gloria taurina y la diosa Fortuna, que se asomó por la cálida parrilla de plomo derretido que es en verano el ruedo venteño, dejaron en blanco el parte médico, sin revuelo de vértebras y huesos, sin el solivianto de la carne que es siempre la cornada, Incluso al final de cada lidia, el planeta taurino se ponía al revés: la vaquilla, jadeante tras sus correrías, se asustaba del gran número de torerillos que la rodeaban, siempre con respeto a su integridad. Era el momento de meterla a chiqueros y de que saliese la siguiente.

El sábado que viene, más

La larga temporada de suelta de vaiquillas en la Monumental madrileña, que se reinauguró anteayer después de muchísimos años, va a tener continuidad todos los sábados de julio y agosto.La empresa se muestra satisfecha del éxito inicial y confía en que este ayude a conseguir que los tendidos se pueblen todavía más.Con precios de 800 pesetas, y menores acompañados gratis, el fomento de la afición está asegurado. Como señala el empresario, José Luis Lozano: "A ver qué espectáculo pueden presenciar los jóvenes que dure tres horas y cueste tan poco dinero".

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