Cursillo premamá en el 'zoo'
Una chimpancé aprende a ser madre mirando un vídeo
El Mundial de fútbol y el Tour son los dos grandes acontecimientos televisivos del verano, pero no para Uska, que vive en el zoo de la Casa de Campo. Ella disfruta cada día de una programación personalizada, aunque ciertamente repetitiva. A falta de cursillos premamá para monos, Uska -una chimpancé preñada que dará a luz en septiembre- se empapa de las artes de la maternidad contemplando en la pantalla cómo cuidan sus congéneres a las crías. Sin parabólica, descodificador, ni fibra óptica: un vídeo y un televisor bastan para esta, experiencia didáctica.La colonia de chimpancés del zoo es joven, y éste será el primer parto en su seno. Como señala Manuel López, jefe de veterinarios, "el comportamiento maternal de los primates es aprendido". Por ello, a falta de ejemplos reales, Uska se conforma con observar en la tele a otras hembras transportando a sus hijos en la espalda, dándoles de mamar o simplemente haciéndoles carantoñas.
La misma técnica se ha empleado ya en otros zoológicos de los Países Bajos y Estados Unidos. La conducta imitadora de los chimpancés ha llevado incluso a que en algún zoo se les hayan pasado películas similares con seres humanos como protagonistas. Los resultados, en ocasiones, han resultado sorprendentes.
El comportamiento de Uska y sus compañeros mientras se proyecta el vídeo semeja el de una panda de adolescentes en un cine de barrio un sábado por la tarde: algunos prestan atención, otros están por sus cosas, y los hay que gamberrean. El viernes, Uska sólo se interesaba a ratos por la proyección, lo que no es de extrañar, porque lleva dos meses viendo la misma película.
"Al principio, se la pasábamos un par de veces al día y se quedaba embobada mirando la pantalla. Demostraba mucho interés. Pero luego, claro, se va aburriendo de ver siempre lo mismo. Ahora la ve sólo cada tres o cuatro días", explica el veterinario.
La chimpancé tiene nueve años, pesa 50 kilos y procede de Guinea Ecuatorial. Ahora comparte dormitorio con otra hembra de talante pacífico, para que esté tranquila durante la gestación. La duración de este proceso oscila entre siete meses y medio y ocho meses. Los chimpancés suelen vivir entre 40 y 45 años, y a los ocho o nueve ya son adultos. López cree que Uska no debe ser molestada en exceso. "Estos simios son. traviesos por naturaleza. Éste es un grupo joven y están bien avenidos, pero en un momento dado se pueden pelear con violencia y hasta matarse unos a otros".
El pase del vídeo se produce siempre antes de la cena. Para estimular la atención de la chimpancé hacia el televisor, un cuidador trata de engatusarla con plátanos, lo que genera una gran algarabía entre el resto de los monos, celosos por el trato de favor. Pero Uska se aburre y apenas ve el vídeo. Sólo un par de compañeras aguantan curiosas la enésima reposición.
La psicóloga Montse Pertegal, que estudia el comportamiento de la especie, es partidaria de que la futura madre se instruya también con imágenes de otros animales del zoo, "como babuinos o macacos". "Pero ver estas secuencias es mejor que nada", se consuela.
¿Y el padre de la criatura? "Se desconoce quién es. Pueden ser los dos machos, tanto Uti como Lucky", aclara la psicóloga. Sea uno u otro, ninguno parece decidido a asumir la responsabilidad paterna. Las similitudes entre los chimpancés y algunas personas son a veces asombrosas.
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