_
_
_
_

De amarillo y oro

Un bailarín japonés de 23 años salta a los ruedos como El Niño del Sol Naciente

Un bailarin de Tokio se planteó un día de hace nueve meses: si ya hay un Paco de Lucía con los ojos rasgados y una Cristina Hoyos que almuerza con palillos, ¿por qué no puede triunfar un Curro Romero que se anuncie en los carteles como El Niño del Sol Naciente ... ? Atsuhiro Shimoyama, que así se llama el visionario de 23 años, cogió un avión y, después de dar cuatro tumbos por España, se presentó en Alcalá de Guadaira, un pueblo a 15 kilómetros de Sevilla donde, junto a las canteras que surten de albero a la Maestranza, se encuentra una escuela de tauromaquia. Serían las diez de la noche del pasado domingo -las cinco de la madrugada en Tokio- cuando El Niño del Sol Naciente -sombrero de ala ancha, chaquetilla, roja, camisa con chorreras y talle bien ceñido- se enfrentó al becerro que le había tocado en suerte en la plaza de Alcalá. ¡Qué susto!Ya lo había advertido Manolo Vázquez, el matador de toros desde detrás de una barrera: "Es mejor que al japonés le hagan los retratos [una docena de fotógrafos españoles y extranjeros cubría la novedad] antes de que empiece a torear, ¡porque después ya veremos en qué termina esto ... !". Así fue. Atsuhiro Shimoyama -a quien se le despertó la pasión por los toros después de ver la película Sangre y arena interpretada por Sharon Stone- se había aprendido a la perfección todos los ritos de la fiesta, y los repetía con exactitud japonesa: el paseíllo, el traguito de agua que después se escupe sobre eÍ albero, una toalla blanca para el sudor, el brindis al respetable, el toreo de salón...

Sólo de salón. Porque cuando aquel becerro salió a la plaza -cruzada por luces amarillas y redondas- a El Niño del Sol, Naciente se le olvidó lo fundamental: para que un toro -sea añojo, eral o becerro- embista a la muleta hay que ponerle la muleta. Si no, embiste a lo que tenga delante. Aunque delante tenga a un japonés vestido de torero.

Nadie apuntó en la plaza cuántas veces intentó el japonés dar una tanda completa de naturales, pero sí quedó constancia de un dato para la estadística de las faenas difíciles: no hubo una sola vez que el becerro se creyera el engaño, y aunque en alguna ocasión El Niño del Sol Naciente -quien demostró una excelente punta de velocidad- salió vertical del encuentro, la mayoría de las veces el toro en miniatura y el torero en ciernes rodaron por el albero. El delirio del respetable llegó cuando Atsuhiro le hizo tal llave al toro que los dos se desplomaron sobre la tierra. Pero el animal quedó debajo y el torero arriba. John Fulton, ahora pintor y antes matador de toros nacido en Filadelfia, suavizó desde el tendido: "Tiene maneras; sólo le falta práctica". Shimoyama le agradeció el gesto, a él y al presidente, que le concedió una oreja. Como si fuera un Papa japonés del toreo, se arrodilló y besó el albero. Luego, entre una corte bailaoras flamencas de ojos rasgados, se fue hasta su casa de Triana sacudiéndose el traje y murmurando: "Sabía latín. Ese becerro sabía latín...".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_