"No somos el Ministerio de Asuntos Sociales"

Es el líder indiscutible de la televisión. A 3 y Tele 5 han renunciado a competir con su programa de los martes (22.00 en TVE-1) Quién sabe dónde. Su audiencia, de más de seis millones, le es tan riel que le buscan aunque el espacio cambie, como ocurre a veces, el día de emisión. Paco Lobatón (nacido en Jerez hace 42 años) también ha conseguido que su programa, a pesar de que incorpora muchos elementos de los reality shows, sea bien tratado por los críticos. Ahora ha decidido prolongar el espíritu de Quién sabe dónde con un libro que habla del horror de la guerra de Bosnia contando, en forma de cartas, el sufrimiento y las esperanzas de la población.

Pregunta. El año pasado dijo que se encontraba en su mejor momento profesional. ¿Sigue afirmando lo mismo?

Respuesta. Tengo la suerte de tener un crédito entre la gente que no tiene precio, y eso hay que encajarlo de una forma responsable, hay que ser agradecido.

P. Desde que puso en marcha la Lista R -reservada y confidencial- para aquéllos que no querían ser encontrados, ¿se han apuntado muchos?

R. Hay gente, pero no mucha. Lo que sí existe es un cierto síndrome Quién sabe donde, que hace que cuando la desaparición no tiene una causa profunda, sino que es ocasional y el interesado conoce que puede ser buscado por el programa, entonces toma medidas. No hemos tenido dudas de cancelar un trabajo de días si una persona se ha negado a ser encontrada.

P. El caso Roldán ha generado bromas del tipo: "Que lo busque Lobatón".

R. Uno debe entender que un trabajo en televisión genera un efecto de segunda dimensión, que es el personaje. Debo aceptar ese personaje y convivir con él. Ojo, incluso hubo gente que llamó al programa en serio para pedir que lo buscáramos. Nosotros sólo actuamos a petición de parte [risas]. Ningún familiar de Roldán ha venido para que lo busquemos.

P. ¿De verdad no ha habido un planteamiento serio de decir: busquemos a Roldán?

R. No, porque Roldán no es un desaparecido, sino un autosecuestrado.

P. ¿Por qué hay mucha gente que confía más en su programa que en la policía?

R. Porque es una acción civica y no policial. La gente entiende que lo que ocurre sucede entre unas personas que ayudan a otras.

P.¿Ser líder de audiencia condiciona el programa y sus pautas, que son historias descarnadas y sentimientos a flor de piel?

R. Podría condicionarlo. Pero no hemos ido hacia situaciones descarnadas o sensacionalistas, sino todo lo contrario.

R. Pero hay muchas lágrimas en su programa.

P. Son inevitables, la emoción es legítima, e igual que sería sancionable que se tratara de explotarla tampoco hay que eludirla o negarla.

P. ¿La lágrima y el abrazo aumentan la audiencia?

R. No. Todos los recursos abusivos pueden tener un resultado efímero, pero a largo plazo son una bomba de relojería.

P. Pero también le han acusado de dirigir un reality show.

R.¿Qué es un reality show? Todo lo que se hace en televisión es un espectáculo. La cuestión es que sea decoroso y digno.

P. ¿El fin principal del programa es ser útil a la gente?

R. Nosotros no somos el Ministerio de Asuntos Sociales. El fin principal de Quién sabe dónde es ser un buen programa de televisión. Que sea útil es una consecuencia gratificante.