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Siemens ultima la compra de Amper tras la reestructuración del grupo español

La multinacional alemana Síemens está a punto de culminar -la compra de Amper, después del ajuste tanto financiero como laboral emprendido por el grupo español. El principal obstáculo para cerrar la operación es la cuantifícación exacta de la deuda que mantiene Amper, dato básico para determinar el valor del grupo, según manifestaron fuentes oficiales. Sin embargo, la oferta del gigante alemán de la electrónica no es la única que hay sobre la mesa, puesto que la canadiense Northem Telecom también ha mostrado su interés por el grupo electrónico español.

Los acontecimientos se han precipitado sobre el Grupo Amper en las últimas semanas. En primer lugar fue la aprobación por parte del Ministerio de Trabajo de una importante reducción de plantilla que afecta a dos de sus principales filiales, Amper Cosesa y Amper Telemática. En total, unos 300 trabajadores han dejado de pertenecer a la plantilla del grupo electrónico español, lo cual ha provocado una oleada de protestas sindicales. Amper Telemática se encuentra en suspensión de pagos, con un pasivo exigible de 5.195 millones de pesetas. Amper Cosesa la levantó el 13 de junio pasado, tras una quita mínima del 55% y una mora en el pago de hasta siete años, con dos de carencia. Esta empresa tenía un pasivo exigible de 1.036 millones.El ajuste forzoso de Amper no acaba ahí. También está a punto de vender parte o el 100% de varias de sus filiales. La semana pasada aceleró la venta del 49% de Amper Programas a Thomson. Además, tenía previsto sellar, a finales de la semana pasada, el acuerdo de venta de Pesa Electrónica a Pecival Hudgins. Según el presidente de Amper, Antonio López, "este retraso se debe tan sólo a pequeños problemas jurídicos". No obstante, fuentes sindicales aseguran que "la operación mantiene bastantes interrogantes". Las reticencias de los sindicatos parten de que el comprador es un gran desconocido, con seis empleados y sin una oficina propia.

Tras esta profunda reestructuración del grupo electrónico español se encuentra una operación más ambiciosa, la venta de Amper y su integración en un mayor conglomerado empresarial para que se alivien definitivamente sus problemas. Unos problemas que el año pasado le llevaron a perder casi 3.000 millones de pesetas.

Es en este planteamiento en el que entran dos grupos internacionales: Siemens y, en menor medida, Northern Telecom. Tanto la dirección de Amper como representantes del Ministerio de Industria llevan negociando varios meses con ambas multinacionales.

Los contactos con el gigante alemán son los que se encuentran más avanzados. El obstáculo para que se firme la operación radica en la determinación exacta de la deuda del grupo Amper. Esta información es vital para fijar el precio que Siemens estaría dispuesto a pagar, teniendo en cuenta que el capital de Amper está muy repartido y mucho de él se encuentra en Bolsa, lo cual le obligaría a lanzar una OPA. Los mayores accionistas de Amper son Telefónica, con el 15%, y el INI, con el 9,5%.

Además, hay un segundo candidato. Los canadienses de Northern Telecom también se perfilan como posibles compradores, dado su interés por el mercado español. La semana pasada adquirieron el 50% de la filial que tienen en España, que se encontraba en poder de la constructora Agroman.

Mientras se desarrollan estas conversaciones, el valor del grupo Amper en Bolsa ha experimentado un espectacular aumento en lo que llevamos de año. El viernes cerró a 630 pesetas por acción, lo que significa una revalorización del 343% desde la última cotización que alcanzó en 1993. El máximo lo fijó en 840 pesetas el pasado 14 de junio, en tanto que el mínimo lo alcanzó el 3 de enero con 145 pesetas.

El volumen negociado en estos meses también ha sido impresionante. Un total de 21.764.106 acciones, lo que supone el 156% sobre el capital admitido a cotización. ¿Razones de este Sorprendente comportamiento?. Los directivos de Amper lo justifican por la mejora de la actividad del grupo, que cerró el primer trimestre con unos números rojos de tan sólo 166 millones de pesetas. Los analistas de Bolsa ven movimientos especulativos en torno al valor, apoyados en esa posible compra por parte de una multinacional.

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