Choque de culturas

Los mexicanos presumen de tener suficiente fútbol para vencer a Noruega y los noruegos anuncian que las ganas de jugar al fútbol convierten los mexicanos en víctimas muy propicias para su estilo guerrero. Los aficionados en Washington verán un apasionante choque de culturas futbolísticas.Sin embargo, es otro partido algo falsificado por la ola de calor que azota la costa este de los Estados Unidos. El médico de la expedición mexicana, Alfonso Díaz, sostiene que el jugador latino se adapta con más facilidad a las condiciones de calor y a la humedad que el futbolista escandinavo, mientras los noruegos admiten con resignación que gran parte de su juego se basa en el derroche de calorías. El seleccionador noruego, Egil Olsen, se encoge de hombros y comenta: "O jugamos o no jugamos. Sólo sabemos jugar de una forma y de esta forma vamos a jugar. Podría ser el partido más fácil del grupo para nosotros porque los mexicanos querrán salir jugando desde atrás y esto nos va como anillo al dedo. Nosotros no andamos con florituras horizontales. Iremos directamente al área contraria".

Olsen señala a Irlanda y no a Italia como el rival más incómodo del grupo, ya que "practicamos idéntico sistema". Por eso, el seleccionador mexicano, Miguel Mejía Barón, ha querido trabajar su estrategia a puerta cerrada y se ha enfadado con algunos enviados especiales que han llegado a extremos acrobáticos en sus intentos de burlar los controles de seguridad en los últimos entrenamientos celebrados en Fairfax, Virginia. "No es la manera de corresponder a las atenciones que hemos tenido con la prensa", espetó.

Mejía Barón inicia la campaña sin el centrocampista García Aspe, sancionado, y aunque Luis Antonio Valdés parecía el candidato a sustituirle, la responsabilidad puede recaer en Eduardo Espinosa, un jugador que ha recuperado la forma tras sufrir una rotura de tibia y peroné el pasado mes de diciembre. Y ya ha quedado claro que el guardameta Jorge Campos no podrá jugar de delantera.