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Entrevista:

"El PSOE necesita una catarsis y sustituir al césar"

El primer día que fue al Congreso tras las elecciones, parecía que hubiera puesto un confesionario. Julio Anguita, de 52 años, que alterna las citas biblícas y las metáforas militares, no paró de recibir gente. En cambio, no espera ni una llamada de Felipe González. Si hace un año, dice, llamó a Pujol para qué le va a llamar a él ahora. "Somos vidas políticas paralelas. Punto. No pasa nada".

Va vestido como le gusta, sin corbata. Lleva manga corta y cazadora de verano.Pregunta. Usted clamó por una derrota del PSOE a manos de Izquierda Unida. ¿Qué ha pensado al ver al PSOE derrotado a manos del PP?

Respuesta. Pienso que es víctima de su propia obra. Felipe González ha sido derrotado por quien él ha aupado al asumir sus valores. No obstante, tengo que decir que la derecha no ha triunfado tanto. La única fuerza que ha subido en votos es IU. La derecha ha perdido 700.000 votos.

P. Ha habido un 20% menos (le votantes que hace un año...

R. Sí, sí. Pero quiero decir una cosa: la derecha ha llegado al techo. Y si no pregúnteme esto tras las próximas elecciones.

P. ¿No teme que le puedan decir a usted lo mismo? ¿No teme que le ocurra lo que a Fraga, que tenía unos votantes muy fieles pero suscitaba también una desconfianza muy fuerte?

R. No puedo decir que eso no ocurra, pero no parece que haya Indicios de eso. Más bien los indicios muestran que el análisis que hicimos hace tres años ha quedado confirmado por los hechos.

P. La estrategia de IU ha resultado rentable en comparación con resultados electorales anteriores, puesto que han subido 200.000 votos, pero parece poco eficaz en comparación con el retroceso del PSOE, que ha perdido tres millones de votos ¿no?

R. Es que nuestra estrategia no tiene como objetivo único el coger votos, sino ir asentando una alternativa y esto es mucho más difícil. Los votos por los votos a mí no me interesan...

P. ¿Cómo es eso?

R. Si los votos no van para un programa, francamente a mí no me interesan. En democracia, los votos son lo importante según el proyecto. Votos sin proyecto, que se quede la gente con ellos. En política se está para hacer cosas, no para coger votos. El problema es que el camine, de esta Izquierda Unida ha estado lleno de dificultades, no ha tenido muchas ayudas. Se ha atrevido a enfrentarse sola al coloro. Nosotros hablamos de pleno empleo, desarrollo sostenible, reparto de la jornada ' laboral, muchas cosas que van contracorriente. E ir a contracorriente exige más tiempo para llegar. Pero ya llegó el tiempo de la recolección. Yo voy a presentar en la presidencia de IU, el día 27, un informe donde plantearé el tema del sorpasso.

P ¿El adelantamiento... al PSOE?

R Sí. Ahora: ¿el año que viene? Cuando sea. Eso exige reestructuración, dulcificar más el lenguaje y radicalizar los contenidos. Un programa nítido de izquierdas con un lenguaje muy culto y muy entendible. Porque todo esto forma parte de lo que se llama la cultura alternativa. Para mí Izquierda Unida es cada vez más un programa, y unos valores. En eso estamos. Sin prisa.

P. ¿Qué piensa usted al oír que no hay ya una alambrada entre la izquierda y la derecha?

R. No tiene por qué haber alambradas. Entre la izquierda y la derecha lo que hay es si se está con el sistema capitalista o se está en contra. Yo estoy frente. Lo que pasa es que no es un anticapitalismo primario sino que es consecuencia de tener un proyecto socialista, de construcción de otra sociedad, sin asumir los valores capitalistas. Ésta es la alambrada mía.

P. A Aznar se le ha visto preocupado por administrar bien su victoria. ¿A usted le preocupa administrar bien su éxito?

R. Este éxito nos obliga a ser cautelosos en Andalucía, a no dormirnos en los laureles en el resto de España, porque la prueba de fuego está en las elecciones generales, sean cuando sean...

P. ¿Cree necesario que sean ahora?

R. Esta situación a lo que impele es a la dimisión del presidente del Gobierno. Y no es que la vuelva a pedir: la pedí una vez, con toda solemnidad, y cuando yo pido una cosa sigue valiendo hasta que diga lo contrario.

P. Dicho eso, y visto que Felipe González no considera que deba irse, ustedes ¿qué hacen?

R. Considerar necesaria la cuestión de confianza. Pero el mejor servicio que podría hacer Felipe González es su dimisión, porque eso produciría en su partido una catarsis, en donde ese partido sustituya el césar, el caudillo por el colectivo. Cuanto más dilate el PSOE el enfrentarse al hecho de que su voluntad colectiva ha sido sustituida por la de un césar, peor.

P. ¿En qué bando se van a situar en Andalucía: en la oposición, en el Gobierno? ¿O van a hacer como CiU?

R. Cuando oigo "¡de ustedes depende!", a veces me irrito. La gobernabilidad de Andalucía depende del partido mayoritario. El PSOE puede gobernar solo. Nosotros pondremos puntos de nuestro programa sobre la mesa, y a ver qué apoyos tienen. Otro nivel de compromiso no lo veo probable.

P. Pacto de Gobierno, no lo ve. Pacto de legislatura, tampoco. ¿Ve pactos a la carta?

R. Hombre, es lo que se hace todos los días en el Congreso de los Diputados. En Andalucía habrá cosas que nos permitan colocar elementos de nuestro programa, hablar de la reforma laboral, de Suzuki-Santana...

P. ¿Qué piensa cuando ve que quien gana en Linares es el PP?

R. Normal. Yo advertí en la campaña que había dos elementos irracionales: el miedo y la cólera. Ha habido mucha cólera. Ha habido gente que ha votado al PP para castigar al PSOE.

P. Ustedes vivieron la huelga del 27 de enero como un éxito propio. Pero cuando llega la hora de votar el éxito es del PP.

R. Ha habido mucha gente de los sindicatos que ha votado a Izquierda Unida, pero quizá no todos los trabajadores. Ha podido más la cólera. Eso demuestra que en política la respuesta de los colectivos sociales no se rigen por principios cartesianos.

P. Algunos socialistas dicen que ustedes ganan batallas pero pierden las guerras, y que ni comen ni dejan comer, porque ni aceptan entrar en gobiernos ni facilitan la gobernación.

R. Eso es propaganda.

P. Lo ha dicho el presidente de la Comunidad de Madrid, quejándose de que ustedes ni aceptan gobernar con él ni le facilitan gobernar sin contar con ustedes.

R. Eso es una simpleza. El señor Leguina es miembro de un partido que ha hecho una barbaridad como la reforma laboral. ¿Cómo vamos a pactar con un partido así? Con esa familia, cuantas menos alianzas, mejor.

P. ¿Le preocupa que gane Aznar las próximas elecciones o lo contempla con naturalidad?

R. Si Aznar gana, pues que gobierne. No me gusta, pero no me sentiré especialmente alarmado, ni lleno de histeria. Me preocupará, pero no seré yo el que se rasgue las vestiduras. Si Aznar llega a La Moncloa, don Felipe le ha puesto la peana ¡eh!

P. Por qué emplea a menudo términos militares: "Que entren las tropas de élite de la izquierda", dijo en un mitin.

R. Me entienden. A mí lo que me ha preocupado siempre es que me entiendan.

P. ¿No es un lenguaje muy beligerante, muy bélico?

R. Más beligerante que mi lenguaje, que puede ser duro, es la barbarie de la reforma laboral. Yo no soy de los que se asustan de las palabras. Soy de una generación que tuvo que leer mucho. En el lenguaje se nos nota la vertiente religiosa. La Biblia. Rejón y yo la hemos utilizado mucho en esta campaña. Y soy hijo de militar. Pero utilizaré menos metáforas militares...

P. Su corazón ¿qué tal?

R. Bien. Me monto en los aviones con menos miedo, me siento más sereno.

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