La programación

Se dudaba de su falta de experiencia, pero Eugenij Berzin, escuela Ferrara, escuela Ferrari, sólo confía en el entrenamiento. Es su mejor arma. La que le ha dado resultado en este Giro.Por eso basa todo en horas y horas de programación, de recorridos idénticos. Llevó la contrarreloj de ayer como un auténtico científico, en todo momento conociendo los datos que el ordenador recibía de su cuerpo.

Fue a más en todas las fases de una etapa, impasible tras sus gafas de espejos violetas. Excepto en la última, 17 segundos de ventaja sobre Miguel Induráin en el llano; 29, en la zona de subida., Y bajó en el último descenso: llegó a la meta con 20 segundos. Y todo, pese al miedo, algo impensable en un hombre frío como el hielo: "Temía a Induráin, temía al hombre al que veo mejorar día a día, al hombre que está mejor que nadie, a Induráin, un increíble corredor de fondo".Y en el pecado puede estar su penitencia. Y él mismo lo prevé: "Ha sido la victoria más importante de mi vida. Derrotar a Induráin en este terreno... "En la cumbreBerzin se siente, en estos mo mentos, en la cumbre, puede pensar que el Giro ha terminado, aunque de hecho esto no ocurra hasta el próximo do mingo. Pero dice lo contrario, y con tono asustado recuerda a los más optimistas: "El Giro no ha terminado. Sigo teniendo miedo. Sobre todo de un ataque lejano. Y los enemigos no son sólo dos, Induráin y Pantani, sino que hay más: está Chiapucci y está Bugno, un corredor que intentará, es toy seguro, hacer olvidar la cronoescalada tan mala que ha hecho hoy con una victoria. Y así las posibilidades de ataque contra mí son casi infinitas". Está claro que al menos de cara al público no las tiene todas consigo.