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El Día D: lecciones de la historia

(...) Todo el mundo sabía entonces que el Día D significaba un drástico cambio de rumbo de los problemas mundiales. (...) En su motivación, escala y envergadura, fue claramante la primera campaña occidental, y no volvió a darse de nuevo un hecho semejante hasta la guerra del Golfo de 1991.(...)Bosnia nos proporciona quizá el recordatorio más doloroso de que la Europa más plácida nacida en 1945 ha llegado a término. Al menos en parte, las tropas británicas están en Bosnia porque los ministros europeos de Exteriores, entre ellos el británico Douglas Hurd, no actuaron de forma unida para llevar a los Estados que formaban parte de la antigua Yugoslavia hacia una resolución pacífica de sus problemas.

Internamente, la paz de Europa está amenazada por los odios étnicos y los sueños nacionalistas irrealizados. (...) Los peligros externos de la Unión Europea puede que no sean todavía visibles, pero no tardarán en verse con claridad. (...) Si debe haber un resumen final que hacer de las ceremonias que en los próximos días se hagan para conmemorar el Día D, ése es que el Reino Unido no tiene otra alternativa que funcionar como parte del cuerpo político europeo. Si este país trata de estar al margen de los problemas europeos, con seguridad no podrá escapar de los resultados de su abstencionismo. Esta es la auténtica y relevante lección del Día D.

4 de junio

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