Massimo Troisi, actor

El actor y director de cine napolitano Massimo Troisi, uno de los innovadores de la comedia italiana, falleció el pasado sábado en Ostia (Roma) a consecuencia de un infarto, informaron sus familiares.Troisi, que había nacido hace 41 años en la localidad napolitana de San Giorgio Cremano, murió mientras se encontraba en casa de su hermana, Anna María, y de su cuñado, Giorgio Veneruso, en la localidad costera de Ostia, a 25 kilómetros de Roma.

El cineasta, que residía en el barrio residencial romano de Parioli, sufrió el ataque al corazón a las 13.20 y falleció media hora después, sin que los servicios médicos que acudieron a la casa de su hermana pudieran salvarlo.

Apasionado desde muy joven por el teatro, comenzó a recitar a los 15 años en el teatro Spazio, en su localidad natal. Un año después fundó con sus amigos Lello Arena y Enzo Decaro un pequeño grupo cabaretista, La Smorfia (La Mueca).

El grupo escenifica en el teatro San Carluccio de Nápoles numerosas piezas preparadas conjuntamente, entre las cuales obtienen un gran éxito Non si vive di solo pane (No se vive sólo de pan) y Cosi se vi piace (Así es si así os gusta).

Gracias a sus apariciones en programas televisivos, Troisi y su grupo extienden el éxito que habían obtenido en Nápoles al resto del país, lo que hace que en 1979 la cadena estatal RAI retransmita en directo un recital de La Smorfia.

Posteriormente, el grupo se disuelve, y Troisi se lanza a la aventura del cine, con Ricomincio da tres (Recomienzo de tres), que estrenado en 1981 se convierte en uno de los mayores éxitos de la historia del cine italiano.

El director-actor, según cuenta Fernaldo di Giammatteo en su Diccionario universal del cine, apelando a su acento y a la jerga napolitana, desarrolla una, comicidad que rompe con los esquemas tradicionales de la comedia italiana y con los estereotipos de la farsa y del melodrama de la ciudad del Vesubio,

Con su investigación de nuevas formas de comicidad, Troisi se unió a otros jóvenes cómicos, como Roberto Begnini (El pequeño diablo, Johnny Palillo) y Francesco Nuti (Casablanca, Mujeres con faldas).

"En 1982 vuelve a proponer su fórmula con Scusate il ritardo (Disculpad el retraso), pero en la película se advierte un cierto cansancio y una elaboración incompleta", escribe Di Giammatteo.

El éxito se repite en 1985 con Non ci resta che piangere (Sólo nos queda llorar), en pareja con Benigni, historia de las cómicas desaventuras de dos hombres de hoy que de pronto retroceden varios Siglos.-