"Madrid es el pueblo más importante de la provincia de Segovia"
El mayor tiene 47 años, 40 la más joven y llevan juntos un cuarto de siglo. Su música está sana como un roble, su amistad férrea, parte de su público madura con ellos mientras otro más joven se incorpora; graban discos, hacen giras por Europa y América y nunca faltan escenarios que tiendan un contrato. Pero Fernando Ortiz, Llanos Monreal, Javier Castro, Francisco García, Rafael San Frutos, Milagros Olmos y Luis Martín no cantan para ganar dinero, aunque se someten a una disciplina profesional. De tanto escarbar la tierra para dar con las raíces del folclor castellano, han consolidado su propio arraigo en un romance de pasión sin altibajos con la música, un romance eterno.
Pregunta. Su público, ¿es fiel sólo por querencia?
Respuesta. Los hay de toda la vida, pero se une gente mucho más joven, sus hijos, por ejemplo. Universitarios, intelectuales, urbanitas, de entre 4 y 90 años.
P. Por eso cierran ustedes los conciertos con El patio de mi casa.
R. Eso en plan superfestivo, pero igual terminamos con una jota.
P. Llenaron hasta la bandera el Alcalá Palace.
R. El gerente aseguró que jamás había visto nada igual, todo el mundo bailando entre las butacas.
P. Se indaga en las raíces cubanas, por ejemplo, mientras de ustedes dicen: ahí van los de la botella de anís. ¿Les parece justo?
R. Parte de la culpa es nuestra, por manifestar una forma de expresión muy continuada. Nos preocupa el espíritu general de la canción, añadimos arreglos orquestales o nuevas riquezas armónicas, pero si una jota va a tres por cuatro no la vamos a hacer a dos por cuatro. Es injusto decir que no innovamos.
P. ¿Eran ustedes muy progres?
R. El disco de Los Comuneros, reflejaba un movimiento social castellano-leonés extensible a muchos otros puntos.
P. ¿Y Madrid es Castilla?
R. Ja, ja. ¡Madrid es el pueblo más importante de la provincia de Segovia!, Castilla pura, a tope y desde siempre. Madrid apoyó la rebelión comunera y combatió a los árabes con tropas segovianas.
P. El franquismo les censuraba, pero hace sólo un año toparon con la Iglesia y suspendieron un concierto en Segovia.
R. Sí, el Ayuntamiento contrató el enlosado de la catedral para la actuación y el cabildo lo denegó diciendo que cantábamos irreverencias contra el clero. Increíble, cuando parte de nuestro repertorio se nutre de los cancioneros recopilados por sacerdotes, algunos de la misma catedral.
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