Los saboteadores bloquean 56 trenes y dejan sin lunas a 25 autobuses
Los saboteadores trabajaron de noche ayer en los andenes de la estación de Chamartín. Unos desconocidos sustrajeron la palanca de cambios a 56 trenes, que se quedaron bloqueados. Sin el artilugio, no podían ir para atrás ni para delante. La red de cercanías, especialmente las líneas del este, acumuló importantes retrasos que afectaron a unos 130.000 viajeros, según datos de la compañía. Los empleados de cercanías buscaron palancas de repuesto para todas las unidades, y poco a poco intentaron restablecer la normalidad. No obstante, se produjeron retrasos de hasta una hora durante toda la jornada. Este medio de transporte ha sufrido la oleada de huelgas en los servicios públicos madrileños registrada en las dos últimas semanas. En el conflicto de los autobuses interurbanos también se produjeron daños: 25 lunas de autocares fueron destrozadas por unos incontrolados.Renfe denunció a la policía la múltiple sustracción de palancas por si tuviera conexión con los conflictos laborales que afectan a la empresa.
Comisiones Obreras se adelantó a condenar "este acto premeditado, que nada tiene que ver con la conflictividad". El sindicato de conductores replica que el motivo de los retrasos es el cambio de los horarios de los trenes. PASA A LA PÁGINA 4
El robo de la palanca de cambios de 56 trenes bloquea los cercanías
VIENE DE LA PÁGINA 1
Los 56 trenes que aparcan cada noche en los andenes de la estación de Chamartín amanecieron ayer sin palanca de cambios. Cuando los conductores intentaron arrancar sus máquinas se encontraron con que faltaba una pieza esencial, lo que provocó retrasos de hasta una hora en la red de cercanías, según denuncia la dirección de Renfe. El parón afectó a 130.000 usuarios de los 600.000 que utilizan diariamente el tren en Madrid y que sufren estos días los efectos de la huelga intermitente..
La red de cercanías, que ayer no estaba en huelga, funcionó peor que cualquier día de paros. Se produjeron retrasos de entre 15 minutos y una hora en todas las líneas, pero especialmente en las que discurren hacia Alcalá de Henares y Guadalajara (C-7 y,C-2).
El servicio de cercanías, que se inicia a las 5.30 horas, pudo ser restablecido con normalidad sobre las 7.40 horas, una vez repuestas todas las piezas desaparecidas de las cabinas de las máquinas. Estos instrumentos, unas barras metálicas de diez centímetros de longitud, sirven para cambiar el sentido de circulación del tren hacia adelante o hacia atrás y pueden ser extraídos de la cabina del conductor sin herramientas. Algunas de ellas fueron encontradas horas más tarde en despachos de la compañía, según un portavoz de Renfe.
La compañía ferroviaria achaca a un sabotaje la manipulación de las cabinas de los 56 trenes. Según un comunicado de la empresa, los hechos han sido denunciados a la policía para que establezca la posible conexión de estos hechos con los conflictos laborales que afectan a la compañía. El sindicato CC OO se ha adelantado a condenar el "supuesto sabotaje" ocurrido en Chamartín. "No tiene nada que ver con la conflictividad existente en Renfe, ha sido un acto premeditado que nos perjudica", explicó ayer un portavoz del sindicato.
Por su parte, Francisco Mueriel, secretario de organización del sindicato de conductores Semaf, afirmaba que los retrasos ya se produjeron el lunes y se deben en parte al cambio de los horarios de los trenes para la campaña de verano, reforma que Semaf se ha negado a acatar porque ha sido impuesta unilateralmente por la dirección.
14.000 empleos
Los paros intermitentes en Renfe están motivados por la próxima aplicación de un plan elaborado por la dirección al que el Comité General de Empresa se opone. Los sindicatos temen que este plan conduzca a la pérdida de entre 10.000 y 14.000 puestos de trabajo y a la segregación de la compañía en empresas privatizables.
Otro de los conflictos laborales que sufren estos días los usuarios del transporte en Madrid, la huelga de autobuses interubanos, donde trabajan unas 7.000 personas, cumplió ayer su cuarta jornada de paros convocados.
Ayer volvieron a romperse lunas de autobuses, en algunos casos con bolas de acero disparadas con pistolas desde otros vehículos. Un piquete de huelga quemó un autobús de la empresa AISA en Malagón (Ciudad Real), según denuncia el gerente de una de las patronales del sector (Fenebús), José Luis Pertierra. El vehículo, que quedó completamente carbonizado era propiedad del presidente de Fenebús, Gabriel García Alonso.
El balance que arroja la huelga hasta la fecha es de 350 lunas rotas y 50 ruedas pinchadas en 150 autobuses, según los datos de Fenebús. Estos desperfectos afectaron esecialmente a empresas de gran volumen como La Sepulvedana o Continental Auto, en uno de cuyos coches resultaron lesionados algunos viajeros por el impacto de una bola de acero contra las lunas cuando circulaba por la plaza Elíptica, según un portavoz policial. El lunes, un autobús ocupado por hinchas del Toledo, que regresaba de un encuentro, fue apedreado en la carretera de Toledo por un piquete, informa Víctor Saornil. Los cristales rotos hirieron a varios aficionados. Anoche, unas 200 personas aguardaban en la Estación Sur la salida de un autobús hacia la capital castellano-manchega, prevista en principio para las 19,30, informa Francisca Ramírez.
El vandalismo ha contribuido a recrudecer la huelga de interurbanos, donde sindicatos y patronal están cada vez más distanciados por la subida salarial de este año.
Las negociaciones continúan en los otros dos conflictos del transporte madrileño, el de Metro y EMT. El comité de empresa de la compañía municipal de autobuses (6.700 empleados) se reunió ayer con la dirección sin que se produjeran avances. En Metro, los sindicatos se muestran perplejos ante la falta de respuesta de la dirección a su gesto de desconvocar las huelgas de ayer y hoy.
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