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Reencuentro en Arlington

Jacqueline Kennedy será enterrada hoy junto al ex presidente asesinado

Jacqueline Kennedy Onassis vuelve hoy al cementerio de Arlington, 31 años después de haber enterrado allí a su esposo, el presidente John F. Kennedy, en las dramáticas jornadas que siguieron a su asesinato en Dallas, el 23 de noviembre de 1963. Fue la propia Jackie la que quiso que la tumba de su marido estuviera en el cementerio militar de Arlington, una suave colina al otro lado del río Potomac desde, donde se domina Washington. El cementerio estará hoy cerrado al público y sólo acudirán al entierro familiares y amigos, entre ellos -como amigos de la familia- el presidente Bill Clinton y su esposa, Hillary.Hillary Rodham Clinton acudirá además a Nueva York hoy por la mañana para asistir al funeral en la iglesia de San Ignacio de Loyola, a la que Jacqueline acostumbraba a ir. Después del funeral, el féretro viajará a Washington en un avión especial. La familia Kennedy ha preferido no aceptar el ofrecimiento de la Casa, Blanca de que un avión oficial se hiciera cargo del transporte. El presidente Clinton estará esperando la llegada del cortejo fúnebre.

Jacqueline Kennedy Onassis descansará bajo una superficie de piedra irregular en la que arde una llama permanente y en donde están enterrados su marido y dos de sus hijos: una niña que nació muerta, en 1956, y Patrick, que murió a los pocos días de nacer, en 1963.

Esta zona está cerrada al público desde el sábado para organizar los preparativos del entierro, para desilusión de los miles de visitantes que hay cada domingo en Arlington. El cementerio está incluido en el circuito turístico de Washington y recibe a unos cuatro millones de personas cada año. El lugar más visitado y más fotografiado es la tumba de John Kennedy, y, a unos metros la de su hermano Robert, asesinado en 1968. No sólo era imposible ayer visitar las tumbas. Tampoco se podía tomar fotos desde un punto superior, la mansión de Lee, y el autobús turístico que hace la ruta interior del cementerio para personas mayores o con defectos físicos. O simplemente para los que están cansados de andar, anuló la parada de la tumba de los Kennedy, y devolvió 25 centavos del precio del billete a los pasajeros.

Mientras, el dúplex de Manhattan en el que Jackie vivió los últimos 19 años siguió ayer sirviendo como punto de peregrinación para neoyorquinos tristes y para turistas. La escena adquirió aires circenses en algunas ocasiones una mujer se paseó con una serpiente en torno al cuello, y los autobuses de turistas de dos pisos incluyeron el lugar como parada en su recorrido y de veneración popular en otras: decenas de mujeres mayores rezaban arrodilladas y personas en sillas de ruedas o con muletas no quisieron perderse el momento. El sábado, sorteando a devotas y a anónimos ciudadanos que depositaban una flor en el portal de la casa, John F. Kennndy hijo llegó con su bicicleta y esperó arriba la llegada de su novia, la actriz Darryl Hannah.

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