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Peña pisa los talones a Balaguer en el recuento de las elecciones dominicanas

La presidencia de la República Dominicana sigue en la cuerda floja. Noventa y cinco centésimas -menos de 30.000 votos- separan a los dos principales candidatos, el presidente Joaquín Balaguer y el socialdemócrata José Francisco Peña, cuando falta por escrutarse un 4% de las mesas electorales. El líder de la oposición pidió ayer la anulación de los comicios celebrados el lunes por presunto fraude electoral. Peña advirtió sobre la posibilidad de que "las masas traten de buscar solución por sí mismas".

La legitimidad de las elecciones generales celebradas el pasado lunes recibió la tarde del miércoles un nuevo mazazo con el informe de la misión de observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA), que expresa su preocupación por la existencia de irregularidades.La Junta Electoral ha comenzado a realizar los cómputos difundidos al público, que no coinciden con los enviados a los partidos políticos. La Junta ha proseguido con el recuento de votos a pesar de la petición de Peña, candidato por el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), de suspender el escrutinio. En un principio los magistrados decidieron aplazar la difusión del recuento, pero los boletines siguieron emitiéndose. El último de ellos otorga a Balaguer, anciano líder del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), un 42,36% de los votos y a Peña, un 41,41%.

A medida que se acerca el final del recuento de las mesas, las distancias entre ambos candidatos se van acortando. La incertidumbre sobre el resultado final se incrementa con la existencia de unos 16.000 "votos observados" o provisionales, esto es, papeletas cuya legalidad despierta alguna duda y que deben ser revisadas por la junta.

Desajuste de datos

Al cúmulo de denuncias de irregularidades en los listados, respaldadas por varios grupos de observadores, se han unido ahora las protestas de los partidos ante el propio recuento: los datos que la Junta ha ido haciendo públicos en sus boletines no se corresponden con los recibidos mediante diskettes por las formaciones políticas. Los boletines presentan cifras hinchadas en todas las candidaturas, sobre todo en la del presidente Balaguer. Una comisión formada por técnicos de la Junta y por expertos de los partidos comenzó ayer la revisión de todos los cómputos.El último mazazo a la legitimidad del proceso lo dio el miércoles la misión de observadores de la OEA, que, si bien no quiso pronunciarse sobre la magnitud de las anomalías, pidió que se investigue la responsabilidad de las irregularidades detectadas en los listados electorales, que dejaron sin votar a miles de personas (100.000, según el PRD). Tanto la Internacional Socialista como el estadounidense Instituto Nacional Democrático han ratificado también la existencia de serias anomalías que afectaron, sobre todo, a los partidos de oposición.

A pesar de ello, el gubernamental PRSC sigue proclamando a los cuatro vientos la limpieza del proceso y sus dirigentes califican las críticas recibidas como "injerencia en los asuntos internos del país". El candidato a la vicepresidencia por este partido, Jacinto Peynado, criticó a los "pseudo-observadores" que habían venido a legitimar la victoria del PRD, entre ellos unos españoles de Felipe González". Balaguer se ha mostrado más comedido en sus declaraciones. Ayer afirmó que aceptaría la anulación del proceso si la Junta Electoral lo considera necesario.

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