_
_
_
_
_

Destrozan cinco autobuses en la ruta de las copas de Alcorcón, pese a la vigilancia policial

Hubo vigilancia policial, pero sucedió lo mismo que cualquier otro sábado noche. Cinco autobuses de la empresa De Blas y Cía. volvieron a ser objeto de la ira etílica de grupos incontrolados de jóvenes, con edades entre 14 y 17 años, procedentes de la ruta de las copas de Alcorcón (140.000 habitantes), en la denominada costa Polvoranca.Los vehículos que se llevaron la peor parte fueron los que prestaban servicio en la línea 520 (Alcorcón-Mástoles). El techo agujereado a patadas y puñetazos y los plafones y fluorescentes hechos añicos fueron el parte de guerra de los destrozos ocasionados en cuatro blasas de la 520. A otro autobús de la línea 512 (Alcorcán-Madrid) le arrancaron un asiento, le rompieron el techo y le dejaron una vomitona de recuerdo. Pablo, el conductor de la blasa, rellenaba el parte de incidencias a las doce de la noche del sábado y aseguraba que había visto coches patrulla de la Policía Municipal y Nacional en las cabeceras de las líneas. Bemardino Gómez, otro conductor, también los vio. Su Pegaso de ocho años, junto con otros dos, recogió a las 20. 10 a los jóvenes que se agolpaban en la primera parada de la línea que va a Móstoles. "Se llenaron los tres. Cerraba las puertas y las abrían con las rnanos", dice Bernardino. Golpes, puñetazos, los plafones rotos, "hasta que oí un ruido en la carretera de Extremadura, en dirección a Móstoles". Varió el recorrido del itinerario y puso rumbo a la comisaría de Alcórcón. Estaba harto. Paró junto a la comisaría y le explicó a los agentes lo que sucedía. Cuando volvió al autobús, acompañado por la policía, los 10 jóvenes que habían destrozado la blasa rompieron también las lunas de la puerta de enmedio y corrían campo a través.

Manuel Grande, presidente del comité de empresa de De Blas, afirmó ayer a EL PAÍS que estudian convertir la huelga de los próximos 21, 22, 28 y 29 de mayo en indefinida durante los fines de semana si la policía o el delegado del Gobierno no adquieren un compromiso firme de 41 meter policías dentro de los autobuses". Los paros, que dejarán sin servicio a las líneas 511, 512, 513 y 514 (Alcorcón-Madrid) y 520, desde las 20.30 del sábado y el domingo, podrían extenderse también a la 521 (Madrid-Móstoles), "ya que al no haber servicio los vándalos, se pueden trasladar a la única línea que quedaría entre Alcorcón, Madrid y Móstoles, y que pasa por la estación de Renfe".

Tanto Enrique Arnaiz, comisario de Alcorcón, como Rafael Moro, director de la Policía Municipal, manifiestan su rechazo a poner agentes en los autobuses. Arnaiz asegura que con el vehículo lleno de gente una pareja de policías no es operativa.

Moro sigue pensando que la solución es montar equipos de radio en los autobuses conectados a la Policía Municipal, idea que no comparte Lorenzo García, jefe de tráfico de la empresa: "mientras llamas a la policía por radio y llegan pasan por lo menos 10 minutos, tiempo suficiente para que te destrocen el autobús".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_