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La Feria de Aerobic y Culturismo acabó en protestas

Octavio Cabezas

Teresa Santamaría, propietaria de un gimnasio en Santander, opina que la quinta edición de la Feria de Aerobic y Culturismo, que se celebró ayer en el vestíbulo del AVE de la estación de Atocha, no tuvo un final agradable. Ella y unas 50 personas más se quedaron sin fiesta en la sala Titanic después de abonar las 600 pesetas de entrada a la feria, que les daba derecho también a presenciar un espectáculo de culturismo en la citada sala, situada en la cercana calle de Atocha.Tras guardar hora y media de cola, resulta que el aforo del local -unas 3.000 personas- estaba completo. "Me sentí estafada y pedí una explicación", recuerda Teresa, "pero ni caso, tanto en la sala como en la feria". "Por supuesto, nadie nos devolvió el dinero", concluye indignada.

Algunos de los asistentes frustrados optaron por marcharse a sus casas. Otros, enrabietados, llamaron a la policía, que nada pudo hacer. Un portavoz de la sala se limitó a decir que ellos no sabían nada del asunto.

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