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De la Costa del Sol a la prisión de Brixton

El largo viaje de Ronnie Knight, que robó 1.200 millones de pesetas en Londres en 1983

Fue el golpe más sonado y más espectacular del momento. Durante años, el robo de seis millones de libras -unos 1.200 millones de pesetas- en el edificio central de la compañía Security Express, un lunes de Pascua de 1983, mantuvo con facilidad su récord de máximo beneficio en la historia de la delincuencia británica. La banda que lo planeó y ejecutó meticulosamente -se supone que nueve hombres- ha corrido una suerte desigual. Cuatro de sus miembros fueron encarcelados en 1985, gracias a un chivatazo. Otros cinco consiguieron huir y se instalaron, con los bolsillos repletos, en la española Costa del Sol, aunque uno de los cinco fue detenido y encarcelado en 1990.Pero Ronnie Knight, de 60 años, dueño de un club nocturno y una finca, Villa Limonar, en Fuengirola, había tenido mejor suerte. Sin embargo, y por razones no del todo claras, Knight decidió el lunes cambiar el sol de Málaga por la prisión de Brixton, en Londres. El lunes, día festivo en el Reino Unido, el vuelo privado que le trajo al aeropuerto de Luton (Londres) le arrojó casi directamente en brazos de los inspectores de Scotland Yard.

Periodistas del sensacionalista diario Sun y de la cadena de televisión Sky News estuvieron presentes en la rutinaria captura de Knight. Bronceado, vestido con un traje gris de buen corte y ligero de equipaje, el supuesto ladrón de guante blanco llegó a Luton sin perder la sonrisa. Horas antes de viajar a Londres había explicado a la prensa -en entrevistas exclusivas- las verdaderas razones de su regreso. "Mi madre está enferma, tiene casi 87 años y el filial no puede estar muy lejos". Knight ha hecho, además, profesión de inocencia. Su villa de la Costa del Sol la acababa de comprar antes del golpe, según su abogado, Henri Brandman, quien aseguró que la situación económica de su defendido no es especialmente boyante en la actualidad. La crisis económica ha sido dura con los locales nocturnos.

Lo más original en el planteamiento de su regreso es el deseo, más bien tardío y difícil, de limpiar su nombre. Dos de sus hermanos fueron detenidos en relación con, el robo del Security Express, y en la Costa del Sol se le conoció siempre como un miembro más del club de los famosos cinco. Es decir, Ronald Everett, Clifford Saxie, John Mason, Freddie Foreman -este último encarcelado en 1990- y el propio Knight, los cinco británicos cuya reputación hizo que parte de la costa malagueña fuera rebautizada la costa del crimen.

Ayer, en el tribunal de Bow Street, el juez encargado del caso rechazó la petición de libertad condicional para Knight y ordenó su ingreso en prisión hasta que se celebre el juicio. De poco sirvieron las protestas de su abogado, quien aseguró que difícilmente su defendido podría darse a la fuga sin un pasaporte. denegado reiteradamente por el consulado británico. Sin embargo, el tiempo trabajaba para Scotland Yard. Los negocios iban mal, su presencia empezaba a ser un engorro para la policía española, y, según él, la mala salud de su madre le amargaba la existencia. El juez no se sintió conmovido y le envió a la prisión de Brixton. De acuerdo con el magistrado, resultan cuando menos sospechosas sus intenciones, teniendo en cuenta que su esposa, Sue, se ha quedado en Fuengirola, tomando plácidamente el sol.

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