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Tatuajes y algo más

Carlos Arribas

El ciclista holandés Gert Jan Theunisse (TVM) cogió fama de bestia y rompedor en 1988, en el Tour ganado por Delgado. Junto a su inseparable Steven Rooks -les apodaban los siameses- se trabajó un justo papel de personaje de culto en el mundo del ciclismo. Ganó en Alpe d'Huez y se ganó el apelativo de La bestia. De él se decía que antes de pegar bocado, cuando se entrenaba, se subía un par de veces el Alpe d'Huez, su puerto fetiche. Puro mito que él alimentaba con su comportamiento esquivo, su mirada de iluminado, su larga melena, sus pendientes y sus fetiches.Después llegaron sus años negros, su suspensión por su elevada tasa de testosterona. Theunisse es un habitual de la Vuelta, al igual que su compañero de equipo escocés, Robert Millar. Y apenas se deja ver por las etapas. Parece un anónimo cualquiera. "Me encanta correr en España", dice Theunisse, que hace varios años que no se lleva un mal triunfo. "El problema es que la Vuelta me viene detrás de las clásicas y llego aquí para recuperarme y prepararme para hacer un buen Tour, para ganar allí una etapa, que es mi mayor aspiración".

Y gracias a ese oscurantismo, su mito no deja de crecer. El enigma Theunisse es uno de los hechos que emparenta al ciclismo con la contracultura. Ahora se habla de sus tatuajes. "Es falso que tenga todo el cuerpo tatuado", dice. "Sólo los honibros". Theunisse no es marinero y no gasta eso de corazones cruzados por una flecha y áncoras tipo Popeye. "Los que más me gustan son un tatuaje estilo chino, un dragón retorcido, y otro con una leyenda que es más o menos mi lema: siempre tienes lo que mereces. Ninguno de bicis ni de nada de eso". El gusto por los tatuajes le ha llegado al estrambótico holandés vía Harley Davidson y rock and roll. "Me encanta ir en moto y el rock- duro". Todo muy Amsterdam años 70 y todo eso. Pero, curiosamente, a Theunisse no le gusta Holanda. Más hippismo: "En Holanda no hay montañas y ese es el terreno en que disfruto. Me gusta España, donde hay sitios como Sierra Nevada. Allí puedo disfrutar de las cumbres, del sol y, además, del esquí, que es otro de mis pasatiempos favoritos".

Pero Theunisse no deja de ser partícipe de la cultura de la liberación sexual. A veces popular por su desaforada libinidosidad, en el pelotón, y algunos ciclistas lo dicen, es famoso por su defensa de la masturbación. "Yo nunca he dicho eso", dice, pero algún veterano cuenta que le gustaba masturbarse antes y después de cada etapa. Y lo que no desmiente es la desacostumbrada longitud de su órgano masculino. "Sí, lo tengo largo", dice con orgullo. "Quizás sea el más largo del pelotón". Pero ¿cuánto mide?. "Eso es privado".

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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