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El ciclismo se replantea su evolución tras el récord de la hora de Obree

Hasta aquí podíamos llegar. Los popes del ciclismo mundial han echado mano del freno para evitar lo que temen que pudiera convertirse en una parodia de Aquellos chalados en sus locos cacharros. La posición aerodinámica que ha llevado al semidesconocido escocés Graeme Obree a superar el antiguo récord de la hora de Francesco Moser, primero, y de superarlo de nuevo el pasado miércoles en Burdeos donde lo dejó establecido en 52,713 kilómetros es cuestionada por la Unión Ciclista Internacional (UCI). Sin perjuicio de la homologación del récord de Obree, probablemente se prohíban a partir del próximo 6 de mayo buena parte de los materiales que utilizó.

La UCI aduce que es necesario poner coto a una evolución tecnológica que puede desembocar en "derivados inadmisibles que desfiguren la bicicleta". La tesis que conducirá a la abolición de gran parte de los materiales que han servido para que Obree triunfara es que se empieza a prestar mayor atención "a la tecnología que al rendimiento del corredor". Claude Jacquat, presidente de la comisión técnica de la UCI, se remite al artículo 49 del reglamento: La máquina del competidor debe ser fiable, comercializable y debe ser utilizada por el conjunto de los practicantes. "¿Cuántas bicicletas como las de Obree se encuentran entre el público?", pregunta Jacquat.El problema puede surgir a partir del próximo seis de mayo cuando la UCI restrinja el material y por lo tanto deje en inferioridad de condiciones a los ciclistas que como Miguel Induráin puedan decidirse a realizar futuras tentativas para batir el récord de la hora. El suizo Tony Rominger, otro aspirante a batir el récord, es del parecer que si la UCI actuara con lógica, "debería haber prohibido la última tentativa exitosa de Obree".

Está constatado que Obree ha reinventado una posición sobre la bicicleta que beneficia, intrínsecamente, el rendimiento de los ciclistas. Moser, adoptando la posición de huevo de Obree, mejoró en 689 metros el récord que estableció en 1984, a pesar de que ya tiene 43 años y lleva varias temporadas retirado. Sin embargo, esta posición no podría ser adoptada por todos los ciclistas. En en el seno del equipo Banesto existe mucho escepticismo sobre las posibilidad de que Induráin pudiera emular la posición huevo. Francis Lafargue, manager del Banesto, manifestó ayer en Burdeos, donde presenció el éxito de Obree, que Induráin podría efectuar su tentativa este mismo año o tal vez el próximo. Explicó que el ciclista navarro está restablecido de una contractura en una pierna y que disputará la Vuelta a Romandía (Suiza), del 3 al 8 de mayo.

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