El Ayuntamiento retrasa por un año la aprobación de las nuevas normas para bautizar las calles

El equipo de gobierno del PP presentó hace casi un año un proyecto para modificar la normativa que rige los bautizos de calles en Madrid. En ese documento se introducía como novedad que no se podrían utilizar más de 40 caracteres y que se evitaría elegir nombres que susciten controversias. Además, se crearía una reserva de nombres a utilizar cuando fuese preciso bautizar una calle. Pero han pasado 11 meses y ese proyecto sigue en la nevera.

El concejal socialista Ramón Herrero atribuye ese parón a que sencillamente el equipo de gobierno no ha pedido su aprobación. Pero el director de servicios de Cultura, Ignacio González, afirma que los ediles de la oposición no han entregado por escrito sus enmiendas al texto que presentó la concejal del área, Esperanza Aguirre. Herrero argumenta que no se ha estudiado de modo formal el contenido de la nueva normativa (la actual se aprobó en 1981), aunque se ha comentado en la comisión informativa de Cultura en varias ocasiones. Herrero apunta algunas de las mejoras: "Hay que buscar una mejor concreción de qué se entiende por suscitar controversia".El edil socialista se ha quejado últimamente en lo! medios de comunicación de que la concejal de Cultura había congelado la adjudicación de una calle a los cuatro generales republicanos que defendieron Madrid durante la guerra civil, tal como había solicitado una asociación vecinal. Según Herrero, la edil prefirió consultar con su grupo político (el PP) por si sus compañeros se oponían.

General Mola

González replica que Herrero pudo conceder las calles a los militares del Gobierno democrático durante los nueve años qué fue responsable de Cultura. "Además, nunca se imponen nombres que provoquen enfrentamientos. ¿Que pasaría si propusiésemos dar una calle al general Mola?", argumenta. El documento que propuso el PP varía las condiciones para cambiar el nombre a una vía pública. Lo permite sólo por razones urbanísticas; para evitar duplicidades; a iniciativa del alcalde, para rendir homenaje a personajes de especial relevancia, o a petición de las juntas de distrito.

En la práctica, las razones por las que una calle cambia de nombre son más bien económicas y de prestigio en muchos casos. La avenida de Aragón pasó a denominarse calle de Alcalá porque el equipo del PP quiso que Madrid tuviese una calle larga, como Barcelona tiene la Diagonal.

Otro ejemplo: el concejal socialista Victorino Granizo explica que una vecina residente en la calle de los Hermanos García Noblejas, 5, solicitó a la Junta de Distrito de Ciudad Lineal que la calle de Arturo Soria se prolongase más allá del cruce con Alcalá. "No sería mala cosa, puesto que los García Noblejas eran, al parecer, pistoleros falangistas, pero lo que se persigue es que los pisos de García Noblejas suban de precio", afirma Granizo. El pleno de la junta de febrero aceptó la proposición, aunque de momento no se ha tomado una decisión formal sobre el cambio de nombre. El callejero incorporó 151 nuevos nombres en 1993, que figuran en el cuadro que encabeza esta información, según los datos del departamento municipal encargado de revisar las letras que diferencian unos asfaltos de otros.