El metal culpa a Redondo de dejar una UGT en la quiebra y de ceder el liderazgo a Comisiones

Nicolás Redondo recibió ayer, de gente de su propio sindicato, durísimas críticas. Ni sus más convencidos enemigos se habían atrevido a tanto. Dirigentes de la federación del metal le culparon de dejar una UGT en la quiebra económica, de haber cedido el liderazgo a Comisiones Obreras y de no haber sabido rentabilizar la huelga general del 27 de enero. La reunión del metal, que tenía como objetivo preparar el 360 Congreso Confederal de UGT, demostró que la guerra entre los dos sectores de la central no ha terminado. Manuel Femández, Lito, líder del metal y candidato a suceder a Redondo, asegura que aún no tiene perdido el congreso que se inicia mañana y augura "muchas sorpresas".

Nicolás Redondo no se va a poder retirar como secretario general de la UGT con un congreso tranquilo. Los debates se prometen muy crispados si allí se reproducen los argumentos que ayer se expusieron en la reunión de la Federación del Metal, que propugna a Lito como candidato a liderar la UGT, en oposición al aspirante oficial Cándido Méndez.La mayoría de las delegaciones provinciales del Metal son partidarias de votar en contra de la gestión de Redondo y de la actual dirección del sindicato. No obstante, ayer decidieron dejar el mandato abierto a sus representantes en el Congreso para las negociaciones de última hora. Pero son escasas las posibilidades de acuerdo entre los dos candidatos enfrentados. Lito declaraba ayer que acatará una lista única si se acepta su proyecto de organización del sindicato y, en ese caso, dijo, "Cándido Méndez no será secretario general". Es decir, sólo aceptará el acuerdo si él es el vencedor y se resiste a analizar la hipótesis de qué pasará si es derrotado.

Lito asegura que los resultados de los precongresos no son tan claros como se ha publicado y niega que Méndez tenga ya asegurado el apoyo del 61%, que su candidatura la respalde un 21% y que el resto sean mandatos abiertos. Sus cuentas son otras y se apoya en que hay un porcentaje de entre el 35% y el 40% de delegados que vienen con "un mandato cerrado pero condicionado".

En su federación, el Metal, no se olía ayer a derrota, aunque algunos dirigentes admitían que, en todo caso, serán "vencedores morales y en las ideas". En una reunión abierta a la prensa, las críticas que vertieron contra Nicolás Redondo fueron inusuales; muchas de ellas iban también dirigidas a Antón Saracíbar, el candidato inicialmente designado por Redondo para sucederle.

Los ataques más duros provinieron de los metalúrgicos de Asturias, Madrid y de las provincias del norte a excepción de Vizcaya. Éstos se quedaron solos en su propuesta de votar favorablemente la gestión de Redondo y su ejecutiva.

La crisis de la cooperativa PSV fue el argumento más utilizado y se señalaron "como culpables a los gestores y como responsable a la ejecutiva confederal". Un metalúrgico insinuó que algunos miembros de la dirección deberían ir a la cárcel por estafa. Los representantes de Madrid dijeron que Redondo deja una UGT "quebrada económicamente" y los de Pontevedra aseguraron que el sindicato está hipotecado para muchos años.

El protagonismo de CC OO a raíz de la huelga general de enero fue otro de los objetivos. Ayer se afirmó que Redondo "estuvo escondido", que Saracíbar no dio la talla y que cedieron el protagonismo a Antonio Gutiérrez, líder de Comisiones. También se criticó el que UGT no haya firmado ningún acuerdo con el Gobierno y que Redondo haya actuado "como un rey al designar un heredero".