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El Getafe se sube al furgón de la promoción

El punto del empate compensó el tedio

La hora de los experimentos ha llegado a Las Margaritas. Con la clasificación para la liguilla de ascenso asegurada, el horizonte más cercano, el del fin de la temporada regular, se presenta muy gris para los aficionados. La igualada con el Talavera no es más que un aviso, pero muy serio, de lo que puede suceder en los últimos cinco encuentros de Liga. El Getafe tiene la mente puesta en la próxima fase del Campeonato, y es el mejor momento para hacer las pruebas con gaseosa. Lo más reprochable, sin embargo, es que ninguno de los dos equipos fue capaz de crear una ocasión de gol mínimamente seria. Los experimentos pueden ser admisibles, pero el público los mide por los resultados obtenidos. El técnico local, Luis Sánchez Duque, apostó por un equlpo donde el juego de los pesos pesados -Mariano, Guerrero, Angelín o Míchel- se viera complementado por unas bandas poderosas. Así, Míchel y Menjíbar, lateral y extremo, compartieron la banda derecha, y Blanco hacía suya la izquierda.

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El nuevo esquema no funcionó. Mariano, el más lúcido de los getafenses, se hartó de servir balones por la derecha, a los que Menjíbar no llegaba, y las combinaciones de éste con Míchel se perdían entre los pies de los defensas talaveranos. En el lado contrario, Blanco apenas entró en juego, algo similar a lo que ocurrió con Jaime, Guerrero y Julián. Al Talavera le bastó con acondicionar su esquema al césped de Las Margaritas.

El juego tomó tal cariz, que el propio Sánchez Duque reorganizó el equipo a la media hora de juego. El técnico mandó a Míchel a la banda izquierda y retrasó a Menjíbar al lateral, mientras que Guerrero se escoraba a la derecha para formar un nuevo dúo ofensivo con éste. El nuevo organigrama apenas produjo más beneficio que el anterior, aunque el Getafe recuperó la movilidad.

Tras la renuncia del Talavera, llegó la del Getafe. Duque reforzó el centro de la defensa con la entrada de Benito por Menjíbar, devolviendo la banda derecha a Míchel para su uso y disfrute exclusivo al poco de iniciarse el segundo tiempo.

Y con tan sólo 10 minutos para el final salió Cardo. Por entonces, el partido se encontraba condenado al empate y al tedio. El Getafe contabilizó tan sólo una oportunidad de gol en un disparo lejano. Y Sánchez Duque siguió haciendo pruebas, esta vez, a los aspirantes a revulsivo. Demasiados experimentos para un solo día.

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