El Castellón le recuerda a Morales que está en Sequnda

El fútbol, como espectáculo que es, tiene su faceta gris, la más dura. Por ella están transitando algunos jugadores del Madrid B, sobre todo, Morales. El joven delantero blanco ha pasado en apenas 15 días de ser abrazado por Michel, Martín Vázquez y compañía por conseguir un gol clave ante el Atlético, a batirse el cobre en la durísima Segunda División y encontrarse con pegajosos y, muchas veces, veteranos defensas, que se motivan ante las jóvenes promesas. Así es la ley del fútbol que se presentó ayer en la Ciudad Deportiva. El Castellón le recordó a Morales y sus compañeros que están en una categoría áspera y difícil, donde las florituras no tienen escaparate y lo que prima es el juego práctico.

Bajón

No sólo está Morales afectado por este bajón. Dani, que también pisó el Santiago Bernabéu con los grandes, está bloqueado. El brasileño Luiz Fernando está harto de repetir que tiene un puesto en el primer equipo, pero le condenan al filial. Otro tanto le pasa al croata Jovicevic. Teniendo en cuenta que la columna vertebral del equipo tiene puesta su mente en el paseo de la Castellana, muy cerquita de La Paz, en la Ciudad Deportiva reina la apatía. Por lo menos ayer. El Castellón, que llegó a Madrid con un pie en Segunda B, salió al terreno como si se encontrase en la zona templada de la tabla. Entre los de casa, que estaban desganados, y los visitantes, que no sabían a lo que atenerse, transcurrieron los primeros minutos.El público, que pronto se olió el percal, comenzó a echar mano del refranero castizo: "Que estáis con la torrija", gritó un lugareño cuando Dani mandó al campo de los juveniles un tiro a puerta. Luiche, el técnico del Castellón, indicó al defensa Fernández Cuesta que no se despegara del pequeño delantero. Así fue. Formaron un corporal dueto. Los de Luiche comenzaron en el segundo tiempo a enlazar algunas jugaditas. Lo suficiente para marcar. Eso no despertó a los blancos. En otro contraataque, el Castellón sentenció. El público madridista, que hace 15 días entraba en trance con los goles de Morales en el Santiago Bernabéu, le despidió con algún improperio.