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Un equipo científico de Barcelona identifica un gen relacionado con un mal hereditario

Los estudiosos han hallado mutaciones causantes de la cistinuria, un trastorno renal

Un grupo de investigadores de Barcelona ha identificado por primera vez en unos laboratorios españoles un gen responsable de una enfermedad hereditaria humana. Se trata del gen causante de la cistinuria, un trastorno bastante común del aparato urinario que da lugar a cólicos nefríticos y episodios de obstrucción de las vías urinarias. En algunos casos la cistinuria acaba provocando la pérdida del riñón. La identificación del gen abre la perspectiva de nuevos fármacos específicos y de tratamientos preventivos que retrasen la aparición de los cálculos.

Los orígenes de la investigación se remontan a cinco anos atrás. Manuel Palacín, del departaTento de Bioquímica y Fisiologia de la Universidad de Barcelona, explica que su grupo identificó entonces, trabajando con material genético de conejos, el ADN codificante correspondiente a una proteína de membrana que induce el transporte de varios aminoácidos (los componentes de las proteínas), entre ellos la cistina.Posteriores trabajos demostraron que esa proteína, denominada rBAT, se localiza en el intestino delgado y los riñones. "Esto nos hizo pensar que la rBAT prodría estar implicada en la cistinuria y por esa razón aislamos e identificamos el DNA codificante de rBAT humano", precisa Palacín.

En este punto se inició la colaboración con el grupo de Virginia Nunes, del departamento de Genética Molecular del Instituto de Investigación Oncológica, también de Barcelona. El objetivo era confirmar la hipótesis de que algunas mutaciones del gen de rBAT provocan la cistinuria. Para ello era preciso trabajar con material genetico de personas con cistinuria.

Seis mutaciones

Nunes explica que han utilizado muestras de 50 enfermos, correspondientes a 36 cromosomas independientes. En 11 de ellos han localizado mutaciones del gen rBAT, seis en total. En una primera fase secuenciaron el gen sano, es decir, establecieron la sucesión exacta de bases (las cuatro letras del código genético) que forman la frase que define con precisión cómo será la proteína correspondiente. En ese caso lafrase la forman 2.300 letras. Una vez conocido el orden exacto de las bases, la siguiente tarea fue compararlo con secuencias de genes de enfermos. Así se localizaron seis mutaciones (cambios de bases), y se sigue trabajando para hallar más.

La mutación más frecuente de las localizadas consiste en un simple cambio de letra que se produce en el codón 467 del gen (un codón es la palabra de tres letras que codifica uno de los 20 aminoácidos de los seres vivos). Ese simple error en una base hace que el gen enfermo determine en esa posición 467 el amninoácido treonina en lugar de metionina, suficiente para que la proteína rBAT deje de funcionar como debe hacerlo. La prueba definitiva que vincula errores en el gen de la rBAT con la cistinuria se obtu vo al expresar en un modelo ex perimental la proteína que de termina el gen de la mutación más frecuente y comprobar que esta efectúa su trabajo de trans porte de cistina con un 70% de efectividad menos que la proteína normal.

Mutaciones para el 30%

El trabajo de los investigadores españoles se publica en el número de este mes de Nature Genetics. En el texto, cuyo primer firmante es la estudiante de doctorado Julia Calonge, se deja constancia de que se trata del primer trabajo en que se puede asignar una enfermedad a un transportador de aminoácidos. A ello se suma que se trata de la primera vez que un grupo de españoles, trabajando en España -investigando en el extranjero hay casos notorios anteriores-, identifica un gen causante de una enfermedad hereditaria.

Palacín y Nunes reconocen que aún les queda mucho por investigar. Por el momento han hallado mutaciones que provocan la cistinuria en el 30% de los pacientes estudiados, pero desconocen las del resto. Pala cín señala que un paso inipor tante será comprobar si real mente es solamente un gen el causante o hay algún otro im plicado. Nunes apunta que, además de seguir investigando sobre el DNA codificante para tratar de encontrar más muta ciones, es preciso hallar la secuencia completa del gen, in cluyendo las partes que no co difican proteína, porque estas últimas también pueden sufrir modificaciones que afecten a la rBAT.

Ambos se muestran convencidos de que la colaboración entre los dos laboratorios ha sido determinante en el rápido logro del objetivo que se ha bían propuesto, y Palacín des taca el papel de los estudiantes de doctorado en esta y otras muchas investigaciones, en un momento en que los recortes a las becas ennegrecen el futuro de los doctorandos y el de la ciencia española en general.

Una de cada 7.000 personas

Los estudios efectuados sobre la población mundial establecen que la cistinuria la padece una de cada 7.000 personas, pero esa cifra no puede aplicarse mecánicamente a los españoles, porque en el país no se han realizado aún estudios específicos. En Estados Unidos, por ejemplo, es menor: una de cada 15.000.Se trata de una enfermedad autosómica (no vinculada a los cromosomas sexuales), cuyo gen causante se ha localizado en el brazo corto del cromosoma dos. Es recesiva, lo que comporta que pueden padecerla hijos de padres sanos, pero portadores del gen defectuoso. Si sólo uno de los padres es enfermo o portador, no hay peligro de transmisión. Si los dos son portadores, los hijos tienen un 25% de posibilidades de adquirirla. Si los dos son enfermos, la transmisión es segura.

Los conocimientos obtenidos hasta ahora con los trabajos del grupo catalán abren la puerta a la posibilidad de que se investigue sobre nuevos fármacos específicos que eviten los efectos secundarios que causan los medicamentos que se utilizan ahora. Igualmente se hace viable la posibilidad de métodos de diagnóstico precoz de la enfermedad que permitan terapias preventivas para aplazar la formación de los cálculos renales. La aplicación de terapia génica para introducir genes correctos en el riñón de los enfermos es algo que no se plantea a corto plazo.

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