La BBC y la ITV, obligadas a pedir perdón a la audiencia por su sensacionalismo en el 'caso Bulger'

Las cadenas de televisión británicas BBC e ITV tendrán que disculparse públicamente por el tratamiento informativo dado al juicio de los niños A y B, condenados por el asesinato del pequeño James Bulger el año pasado. La reprimenda, más que severa, procede del máximo órgano de control ético de los contenidos televisivos, el Broadcasting Standar Council (BSC), que ha considerado improcedente y sensacionalista en extremo el tratamiento informativo de un crimen que conmovió a la opinión pública.En el caso de la prestigiosa BBC, el Consejo recrimina duramente al programa El ojo público por "la dramatización del suceso, la dureza de la reconstrucción de los hechos", además del "uso de músicas, cámaras lentas y demás técnicas tendentes a crear un clima de suspense". Lo cual, a juicio del Consejo, lejos de contribuir a una mejor comprensión de la historia por parte de la audicencia, tiende al más burdo sensacionalismo.

La BBC ha alegado en su defensa que no recogió las voces reales de los dos niños inculpados, Jon Venables y Robert Thompson, sino que, con un criterio que tiene mucho arraigo en el Reino Unido -donde por imperativos legales, por ejemplo, jamás se escucha la verdadera voz del líder del Sinn Fein, Gerry Adams- las dobló con actores.

En el caso de ITV, la cosa va aún más lejos. En el programa de Granada Televisión Mundo en acción, se utilizaron fragmentos de las declaraciones de los dos pequeños asesinos de James Bulger ante la policía.

La áspera crítica del BSC coincide con las vertidas la pasada semana por uno de los máximos responsables del canal de televisión Channel 4, Michael Grade, quien, en una conferencia sobre el miedo al delito, se lamentó del preocupante incremento de los programas sobre asesinatos en las televisiones del Reino Unido.

Pero no se trata sólo de la televisión. La cifra de revistas especializadas acaba de verse aumentada con un bimensual titulado Asesinos. Se trata de ofrecer en todo su sanguinolencia el crimen de cada día sin olvidar los casos clásicos.