Deportistas rusos promueven un partido político
Once medallas de oro, nueve de plata y cuatro de bronce en los Juegos Olímpicos de Invierno de Lillehammer; nueve de oro siete de plata y tres de bronce en los Campeonatos de Europa de atletismo en pista cubierta en París. Rusia sigue siendo el líder gigante en las grandes competiciones. Y lo logra ahora, entre problemas después de la desintegración de la URSS. Aplica la inercia de su pasado poder con inteligencia especializada. Y para completarlo incluso ya es pionera de la creación de un partido político del deporte. Grandes campeones olímpicos, especialmente luchadores de Invierno se han unido en tomo a un extraño presidente con la idea central de la gran Rusia saludable y fuerte.
Mantener el gran nivel con la difícil situación económica del país ha sido el gran dilema ruso. Conservar la gran moral del poderoso en crisis, algo parecido. En lo primero, para lograr aún más títulos que nadie, el sistema de los dirigentes ha sido astuto. Los propios responsables en Lillehammer lo señalaron: "Debido a la falta de medios, por primera vez hemos dirigido nuestros esfuerzos a las modalidades que dan más medallas y en las que mejor estábamos". Es la misma teoría que practicó la RDA. Rusia no lo había hecho hasta ahora, pero la necesidad apremia.Para Lillehammer, los mayores frutos fueron en esquí de fondo o en patinaje artístico. Rusia recurrió también a los veteranos, cuya fama les permitió encontrar fácilmente patrocinio en el extranjero. De todas formas, la sangría es inevitable. El equipo de hockey sobre hielo, por ejemplo, imbatible salvo en Lake Placid 80, sólo fue cuarto. Ya pasó apuros para ganar en Albertville hace dos años, pero esta vez la huída de jugadores a la Liga Profesional Norteamericana (NHL), ha sido masiva: 19 de los 22 campeones de 1992.
Promotor discutido
Mientras tanto, para mantener el espíritu de la gran nación rusa, se ha formado el primer partido político del deporte conocido en el mundo. No está aún registrado ni existen documentos oficiales y parece que el proceso de legalización se está alargando quizá por culpa de su promotor. La idea es del agrado de las máximas autoridades deportivas rusas, empezando por Vitali Smirnov, vicepresidente del Comité Olímpico Internacional, pero no gusta su presidente. Se trata del georgiano Otari Kvantrisvili, ex luchador, un personaje grueso y grande del que se comenta está relacionado con las mafias que han proliferado en la nueva Rusia. Un hermano suyo fue asesinado en agosto del año pasado en una refriega truculenta saldada con varios muertos.Es un personaje muy particular que regalaba abrigos de visón en Lillehammer, pero que se ha rodeado de grandes ex campeones de la especialidad, sobre todo luchadores y precisamente de los pesos máximos. El copresidente del partido, por ejemplo, es Ivan Yarigin, doble campeón olímpico de la modalidad de libre en la categoría de los 100 kilos, en Múnich 72 y Montreal 76. Y entre sus miembros destaca especialmente Alexander Karelin, de 26 años, el imbatible campeón actual en grecorromana. Dos veces campeón olímpico y cuatro del mundo en los superpesados, 130 kilos.
También está en el partido una vieja gloria de los deportes de invierno. Alexander Tijonov ha pasado a la historia olímpica como uno de los más laureados. Nada menos que cuádruple campeón olímpico en Grenoble 68, Sapporo 72, Innsbruck 76 y Lake Placid 80 en los relevos del biatlón (esquí de fondo y tiro). Individualmente también fue medalla de plata en Grenoble y cuarto en Sapporo e Innsbruck. Luchadores y tiradores de cuidado. Deporte, comida y salud integran el programa del partido.Luchar por el renacimiento del genofondo, de la gran Rusia, como dicen sus promotores. Porque la gente ahora no come bien, ni vive, y la situación ecológica hay que mejorarla.
Dentro del período de crisis política permanente que vive el país, un rayo de esperanza oficial parece haber surgido para el deporte con la reciente orden presidencial de creación de un Centro Nacional. Su fin será la formación de atletas de alto nivel y la preparación de las competiciones internacionales. Incluso Oleg Soskovets, primer viceprimer ministro, número dos del gobierno de Yeltsin, ha asumido la responsabilidad del deporte.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.