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Utopía a la sombra del monasterio

El pintor Luis García-Ochoa se empena en crear la Escuela de Pintores Figurativos de El Escorial

Pintan bajo la sombra protectora del monasterio de Felipe II. La luz eflejada del atardecer de El Ecorial se cuela por las tres ventanas del taller de la Casa de la Cultura. Convocados por el pintor y académico de Bellas Artes Luis García-Ochoa, que a sus 74 años ha decidido embarcarse en esta pasión, los 10 integrantes de la recién creada Escuela de Pintores Figurativos de El Escorial despliegan sus pinceles y sus armazones de madera los sábados y los do mingos por la tarde con una emoción parecida: el arte empieza allí, en ese trozo histórico de la sierra de Madrid. Y estos artistas pintan como antes, cuando existía la escuela de París, y Juan Gris e Ismael de la Serna y Francisco Bores trabajaban en las buhardillas de la Ciudad de la Luz o en sus ateliers (talleres), según la época y la fama.

Encuentros de pintores

La escuela se fraguó en los cursos de verano de El Escorial. "Cuando las ideas comenzaban, salían de su encierro y las poníamos en común, los cursos se acababan y los encuentros de pintores se disolvían", relata García-Ochoa. No se resignó a perder las experiencias y emociones acumuladas: en octubre del año pasado echó a andar el taller de pintores en la Casa de la Cultura de El Escorial. Aún hay plazas vacantes para el tercer trimestre, que comienza en abril.

No puede ingresar cualquiera en el taller. El pintor, que fue amigo de Benjamín Palencia, asistió a la escuela de Vallecas y luego formó parte de la escuela de Madrid, exige ver la obra antes de admitir a un solicitante. "Aspiramos a algo importante. Queremos ser una élite y todos debemos estar a la misma altura. Nuestra intención está teñida de ambición", explica.

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Isabel Rivera, la más joven del taller, nunca había participado en una experiencia como ésta. "Al principio venía aquí y, sencillamente, pintaba. En silencio. Ahora me siento con la libertad y la confianza para comentar los cuadros de los demás. Los sábados de pintura en El Escorial son sagrados", dice Isabel, que se gana la vida dando clases de dibujo.

El entusiasmo se palpa en cuanto el visitante se halla entre estas paredes. "Nos une un afán de aprender y de superarnos", dice Fernando Puente, de 31 años. Pese al olor a trementina, a los tableros con esbozos y los botes que chorrean pintura, reina un ambiente selecto. El silencio monacal colabora. "Queremos invitar a muchos intelectuales a pasar la tarde con nosotros. Los primeros en venir serán un matemático y un arquitecto, para hablar con ellos de la pintura y de sus estructuras", adelanta GarcíaOchoa.

Apoyadas en las paredes esperan las primeras obras concebidas dentro del grupo. "Quisiera que algún día nos llamásemos fraternidad", comenta, ilusionado, García-Ochoa.

Los cálculos indican que para el verano de 1995 la escuela irrumpirá con fuerza en el mundo artístico madrileño, con una primera gran exposición antológica de los trabajos. "Será nuestro manifiesto, y nuestros cuadros darán testimonio de esta tierra que entusiasmó a los intelectuales del siglo XIX", dice el artista.

Las tardes de El Escorial discurren entre pinceladas y lecturas. Esta semana tienen entre manos la discusión del Adán en el paraiso, de Ortega y Gasset. No quieren aislar la pintura del pensamiento, de la reflexión.

Arte figurativo

El arte abstracto no tiene cabida en el microespacio renacentista que es la escuela-taller. "El arte figurativo está más comprometido con la sociedad, y a mí me interesa la pintura testimonial", afirma Puente. Isabel es expresionista y Elena Riveiriño, simbolista con apoyo en la realidad. "Todo, grupo debe tener una cohesión interna, y por ahora el abstracto rompe con las escasas reglas que nos hemos puesto", aclara GarcíaOchoa.

La edad no es un requisito en el taller. Mientras que Isabel tiene 25 años, el pintor jefe triplica su edad y dice: "`Esto es para mí una manera de sobrevivir. Quiero estar al lado de los jóvenes para rejuvenecer".

Escuela de pintura de El Escorial. Casa de la Cultura de San Lorenzo de El Escorial. Calle de Floridablanca, 3. Entrega de currículos y fotografias de obras para el tercer trimestre, hasta el 31 de marzo.

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