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El Lega se aleja del infierno

Los de Duque eliminan al Castellón, rival directo por la permanencia

La victoria de ayer era necesaria. El Lega se puede tomar un respiro al alejarse de la zona caliente de la tabla. Y el resultado cierra el laureado círculo que el Leganés ha tejido en la presente campaña en tierras valencianas. Al organismo del Lega le sienta bien la brisa del Mediterráneo. Siempre que se acerca por estos lares consigue resultados satisfactorios. Ayer asestó un golpe moral definitivo a un rival directo por conservar la permanencia, el Castellón, un equipo ilustre en la categoría que naufraga sin remedio.La mayor serenidad del Leganés decantó un partido espeso en el que el miedo fue el móvil fundamental, el pavor a asomarse a las catacumbas del descenso. Luis Ángel Duque dispuso su acordeón habitual sobre el campo de Castalia y esperó acontecimientos. El equipo se parapetó tras la sobriedad de Mesas y buscó el despliegue de sus cinco futbolistas más ofensivos. Este conjunto goza con el contragolpe, pero las bajas de Andrés y Alonso le han quitado gran parte de su encanto. Con la ausencia de estos dos hombres, la velocidad de Vivar se encuentra bastante menos abastecida. Precisamente este jugador protagonizó la primera oportunidad del Leganés, pasada ya la media hora de juego. Su disparo con la izquierda desde fuera del área botó ante el meta Fernando, quien atajó el balón con dificultades.

A falta de buen fútbol, el árbitro Rodríguez Martel decidió animar la disputa. Expulsó al lateral castellonense Salva y puso al público de uñas, que ya tenía excusas para disculpar la mediocridad de su equipo.

El Leganés no desaprovechó esta ventaja y convirtió el recién desocupado flanco izquierdo en el camino más corto hacia la portería de Fernando. Por allí penetró May y permitió que Luis Ricardo transformara el partido en un patíbulo para el Castellón. Tras el descanso, los locales continuaron su ejercicio de impotencia y el Leganés se limitó a quitarse el balón de encima, como si se tratase de un cuerpo extraño. No hacía falta más. Pero entró Antonio y decidió definitivamente el partido. Apenas necesitó unos segundos para manifestar su verticalidad. Robó un balón en el centro del campo, encaró el área local y disparó con potencia desde unos 20 metros, sin que Fernando siquiera pudiera verla pasar.

Al Castellón ya no le quedaba aire y el Leganés aprovechó los últimos minutos para disfrutar por primera vez del juego.

El interior derecha Chuso y el delantero Vivar ofrecieron a los pocos aficionados que quedaban unas muestras de su contrastada calidad.

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