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Ciscar mediará en las pugnas regionales del PSOE

Dirigentes de todos los sectores proclaman que empieza una etapa sin guerristas ni renovadores

El secretario de organización del PSOE, el valenciano Ciprià Ciscar, tiene ya trabajo asegurado. Su primera misión será mediar en los conflictos regionales que de seguir su curso precongresual auguran nuevos enfrentamientos. Andalucía, Madrid, Murcia y Galicia son los puntos donde la división es más que notable y cuyos congresos se celebrarán entre abril y mayo.Ciscar, que el domingo sucedió a Txiki Benegas al frente de la secretaría de organización del partido, mantuvo ayer una primera reunión con el secretario general del PSOE, Felipe González, en la que serecalcó la necesidad, de que en la cascada de congresos regionales que se avecina la palabra clave sea la de integración. La Ejecutiva Federal del PSOE no se reunirá hasta después de Semana Santa.

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Los nuevos ejecutivos, sobre todo los que tienen responsabilidad en un área, ya han empezado a tomar un primer contacto con sus nuevos destinos en la sede federal del PSOE, en la calle de Ferraz. Dos consignas cundieron ayer: por un lado, la necesidad de integración en todo el partido, y, por otro, el latiguillo de que se acabaron las etiquetas de guerristas y renovadores. Así se expresaron el presidente del Grupo Socialista, Carlos Solchaga; el alcalde de La Coruña, Francisco Vázquez; el secretario general de los socialistas vascos, Ramón Jáuregui, y el secretario general de Castilla y León, Jesús Quijano.Parece fuera de las posibilidades reales el aplazamiento de los congresos regionales en los casos donde no hay conflicto porque sus dirigentes aseguran a González que no habrá ruido. En los lugares de enfrentamiento tampoco es posible que se pospongan porque la dinámica abierta en todas las agrupaciones los hace imparables, aunque se comprometen a buscar la conciliación.

Así lo afirmó el alcalde de La Coruña y presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias, Francisco Vázquez que ahora parece tener la mayoría en esa región y que piensa ponerse en contacto ya con el sector más nacionalista, encabezado por Jaime Barreiro, así como con el alcalde de Vigo, Carlos Príncipe. El acuerdo con el ex secretario general, Antolín Sánchez Presedo, parece descartado.

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Ramón Jáuregui, líder de los socialistas vascos, no tiene dificultades en hablar de integración, puesto que esta federación aparece con un grado de unidad muy notable. Jesús Quijano se compromete a lo mismo entre los castellano-leoneses.

Otra situación muy diferente es la que se da en Madrid y Andalucía. Los propios madrileños pedirán al secretario de organización, Cipriá Ciscar, que ejerza su papel de árbitro.

El presidente del PSOE de Madrid, José Acosta, del sector guerrista, con casi la mitad de los delegados, no quiso ayer responder a la tesis de Joaquín Leguina, presidente de la Comunidad de Madrid, según la cual él se retira de la contienda siempre que lo hagan el propio Acosta y Juan Barranco. En el congreso madrileño tendrá que elegirse nuevo secretario general ya que el actual, Teófilo Serrano, ha decidido por razones personales abandonar este puesto. Acosta dijo ayer a este periódico que desea reunirse con Leguina "partiendo desde cero y sin ningún condicionamiento previo y con el objetivo de alcanzar un acuerdo".

La idea de acuerdo debe extenderse rápidamente por todas las agrupaciones madrileñas, ya que de inmediato empezará el proceso, como en otras muchas federaciones, de elegir delegados para sus propios congresos, y, por tanto, hay muchas posibilidades de que se reproduzca la lucha virulenta que vivieron sólo hace cuatro semanas para la elección de delegados al congreso federal.

En Andalucía la situación es, si cabe, más virulenta y más delicada, en tanto que tienen en ciernes elecciones en esa comunidad. Por el momento, los guerristas insisten en presentar a Carlos Sanjuán para la secretaría general, y los renovadores empujan al presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, para que compita por este puesto.

Chaves no está ni mucho menos convencido de dar este paso, dado que su preocupación está en los problemas de gobierno de su comunidad en un momento de grave crisis económica. Precisamente los andaluces son los primeros que tendrán que poner a prueba si ha cundido o no el mensaje integrador de Felipe González, ya que tienen su congreso los próximos 8, 9 y 10 de abril.

La primera vez después del congreso en que la mayoría de los dirigentes provinciales y regionales se vieron la cara fue ayer en los pasillos del Congreso y los comentarios eran para todos los gustos. Solchaga se mostró muy conciliador y dio por enterradas las etiquetas de guerristas y renovadores. A su juicio, las previsibles luchas entre los socialistas deberán de ser por distintas posiciones respecto a una ley o una propuesta para la sociedad. Solchaga sólo ve ventajas para el funcionamiento del grupo parlamentario con el resultado de este congreso.

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