Monzó afirma en la televisión francesa que en España se mantiene la censura
"Creíamos [los españoles] que la censura había desaparecido después de la muerte de Franco, pero no es así". El escritor catalán Quim Monzó se expresa de este modo en un programa literario de la televisión pública francesa France 3 que se emite mañana. EL PAÍS asistió a la grabación del espacio, en el que Quim Monzó, presentado como un escritor que ha encontrado un lugar "entre Roald Dahl y Julio Cortázar" comenta la decisión de TVE de vetar su presencia en El peor programa de la semana.
La presencia de Monzó en Jamais sans mon livre (Jamás sin mi libro) responde a razones de actualidad editorial, ya que se acaba de publicar en Francia la traducción de su libro Láilla de Maíans. Bernard Rapp, presentador del programa, describe a Monzó como el "narrador que nos descubre lo que hay detrás de las cosas".Rapp también menciona que el escritor "acaba de ser censurado por TVE" a causa de sus comentarios sobre la familia real. "Se trata de un asunto imbécil que ha degenerado en un asunto de censura", explica el escritor ante las cámaras. "Creíamos que la censura había desaparecido después de la muerte de Franco, pero no es así. En el programa de TV-3 que desencadenó el conflicto no nos reíamos del Rey ni de la Monarquía. Nos limitábamos a ironizar, de manera sútil y suave, sobre la institución. Nuestros comentarios eran mucho más moderados que los que ofrecen los Guignols franceses sobre el presidente de la República o Spitting Image sobre la familia real británica. Parece que el problema estriba en que nuestros reyes no están habituados a este tipo de cosas". En su opinión la actitud del canal autonómico catalán no tuvo nada que ver con la de TVE.
Un millón de espectadores
El programa de Bernard Rapp invita semanalmente a cuatro escritores. Su audiencia se cifra entre los 800.000 y el millón de espectadores, lo que le convierte en el segundo de toda la televisión gala en lo referente al mundo del libro. El programa se graba con cinco cámaras al hombro y como si de un directo se tratase, en el salón del China Club, un restaurante chino de la capital francesa. Para Robert Solé, autor de Tarbouche y Le Sémaphore d'Alexandrie, el libro de Monzó "consigue sorprendernos en catorce ocasiones, tantas como relatos contiene". Otro de los invitados, el también novelista Frédéric Boyer, consideró que se trata de "una literatura excitante, con una acidez muy moderna".
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