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Un joven, empujado en una pelea, muere aplastado por el camión de la basura

Un camión de la basura disolvió trágicamente ayer una multitudinaria reyerta a la puerta de la discoteca La Equitativa, en la calle del Marqués de Riscal (Chamberí). Vicente Ribeira Cazorla., de 19 años, murió aplastado por el camión después de que cayese en medio de la calzada empujado entre el tumulto. Él no participaba en la pelea, acababa de salir a despedir a una joven, recordaban ayer amigos suyos, aunque un socio del local afirma que aún no había entrado en la discoteca. Atrapado entre la doble Fila de coches, los empujones de decenas de contendientes le arrojaron bajo el camión.

Vicente no tenía escapatoria, encerrado entre los vehículos, y en cuanto cayó al suelo pasó sobre su cabeza la doble rueda trasera del vehículo. Éste pertenece a la empresa Fomento de Construcciones y Contratas, empresa que realiza el servicio para el Ayuntamiento. El chico arrollado falleció en el acto. El conductor del camión, Mariano Morón, de 59 años, explicó a este periódico: "Vi una gran bronca, paré para coger los contenedores, y cuando me bajé estaba la criaturita con la cara destrozada". Así resume Mariano Morón el momento más triste de su vida, según sus palabras. La policía busca a varios participantes en la riña que huyeron en un todoterreno. PASA A LA PÁGINA 3

El conductor del camión sólo se dio cuenta del accidente al parar para recoger la basura

VIENE DE LA PÁGINA 1El camión de recogida de basura número 750, M-8933-LP, inició el pasado viernes a las once de la noche la tradicional ruta séptima -desde las cocheras de Vallecas- a lo largo del triángulo de calles del paseo de la Castellana en el distrito de Chamberí. Como cada noche, su conductor, Mariano Morón, y los dos mozos encargados de los contenedores, se aproximaron con excesiva precaución a la calle del Marqués de Riscal. En esta vía existen dos locales de copas y los coches aparcan en doble fila en los números pares, dejando un espacio mínimo para la circulación.

Eran las 00.30 horas del sábado y el camión, de 14 toneladas de peso, ya había recogido unas cuatro de desperdicios, casi la mitad de la carga total. Al inicio de Marqués de Riscal el conductor se sobresaltó al ver a lo lejos un gran tumulto. Tras recoger varios contenedores en el número 6 de la calle, activó la marcha mecánica y se aproximó hacia el concurridísimo local de copas.

Gritos de pánico

El conductor, casado y con cuatro hijos y que dio negativo en la prueba de alcoholemia, tomó precauciones al contemplar el jaleo de la calle: "Allí se estaban pegando, en la acera, más de veinte personas, con barras y palos, pero yo seguía, despacito, despacito, muy despacito, entre tanto coche", explicaba Mariano. De pronto, los mozos que viajan en la plataforma trasera observaron aterrados que habían arrollado a una persona: "¡Un chico, un chico!" gritaron.

El camión de 14.000 kilos de peso le aplastó. Las dos ruedas traseras de la parte izquierda habían machacado el cráneo de Vicente Ribeira. Su cuerpo sin vida estaba situado a dos metros de las luces de freno del camión y a unos 10 metros del local de copas.

Los amigos del joven fallecido aseguraron a los familiares más cercanos que Vicente salió de la discoteca La Equitativa, antes una frutería, para despedir a una amiga cuando se desencadenó la bronca. Justo cuando el camión pasaba fue empujado a la calzada.

Jorge Cosío, uno de los socios propietarios de la discoteca, ha relatado a este diario otra versión. Ayer afirmaba que Vicente no salía de la discoteca, sino que llegaba en un coche, con un amigo, ocupando en el asiento del copiloto. Vio la bronca montada a la puerta y salió del coche exclamando: "¡Pero qué pasa aquí, tranquilos...!". El camión le golpeó entonces, le derrumbó al suelo y después paso sobre su cuerpo. Afirma que la escena fue terrible, la visión de las ruedas pasando sobre él. La Policía Municipal difundió ayer que el chico se golpeó contra el depósito de combustible del camión y después fue aplastado.

Jose María Ribeira, tío de la víctima, manifestó anoche que su sobrino estaba entre dos coches cuando fue empujado a la calzada.

Cuando el conductor se bajó de la cabina contempló estremecido la desagradable escena: "Ahí estaba esa criaturita, ese chico al que yo le había pillado la cabeza" decía ayer por la tarde en su casa de Vallecas. Mariano no sintió en ningún momento que pasaba por encima de Vicente. "Prácticamente se me echaron encima, sin que yo me diese cuenta de nada, por eso me detuve en el lugar habitual", contaba.

Según la versión de la Jefatura Superior de Policía, al pasar el camión a marcha lenta la altura de los contendientes, Vicente salió desplazado y cayó bajo el camión. Diez testigos presenciales testificaron poco después del fatal atropello en la comisaría de Chamberí, aun que no habían participado en la reyerta. Los testigos declararon que los contendientes huyeron en un vehículo todo terreno.

El socio de la discoteca dijo que la pelea se había iniciado cuando un joven observó que le habían roto el retrovisor de su coche. Empezó a abroncar a los que estaban cerca de su vehículo, se ausentó y regresó con una barra de hierro. Empezó la trifulca. El accidente mortal ocurrido ayer en la calle "se veía venir" según un vecino, quien asegura que las peleas son frecuentes en el local. Algunos residentes del barrio se quejan de los ruidos y los inconvenientes que genera el local

Vicente estudiaba empresariales en la Universidad Autónoma de Madrid. Un primo suyo asegura que era activo y amante del deporte. José María Ribeira recuerda que era un chico dinámico y muy unido a su padre. "Va a ser difícil reponerse de este tremendo golpe, era un joven excelente" añadió este pariente.

Su familia procede del municipio de El Álamo (a 42 kilómetros al sur de Madrid), donde nacieron su madre y sus abuelos. Hoy será enterrado en el cementerio de este municipio a la una de la tarde.

Mariano permaneció más de tres horas en comisaría. LLegó a casa ayer a las siete de la mañana. Se echó en la cama pero no pudo dormir. "La imagen del chico no se me iba de la cabeza", Apesadumbrado y cabizbajo, explicaba insistentemente: "Yo también tengo hijos, y sé lo que puede pasar esa familia, pero yo no me di cuenta de nada".

A pesar de lo ocurrido, ningún representante de la empresa a Fomento de Construcciones y Contratas ni del Ayuntamiento se había puesto en contacto con el conductor. A pesar de su dolor, Mariano se preparaba para salir anoche con el camión, y "a pasar otra vez por el mismo lugar donde horas antes había ocurrido el percance". Ahora, lo que más teme son "los problemas de juicios, abogados y papeleos que esto conlleva". "Esto ha sido un buen palo" concluyó.

Otro atropello mortal

David Perucho Rodríguez, de 24 años, también murió ayer arrollado por un vehículo. Esta vez fue el exceso de alcohol en la sangre del conductor lo que produjo el fatal accidente. A las 4.30 de la madrugada el joven, un informático que residía en Pozuelo, cruzaba por la Avenida de Portugal, cuando un turismo le atropelló. La Policía Municipal detuvo al conductor del vehículo, a quien le fue efectuado el control de alcoholemia. La prueba dio positivo.

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