Viaje al planeta Linares
Inteligentes, apasionados, fanáticos o locos, es dificil saberlo. Los ajedrecistas profesionales de élite forman un mundo especial. Para conocerlo, nada mejor que convivir con ellos en un hotel de Linares donde se recluyen tres semanas cada año en busca de la gloria. Algunos sienten cada derrota como un martirio; dado que la agresividad está especialmente incentivada en este torneo, el sufrimiento deambula por los pasillos, es permanente.Hotel Aníbal, 08.30. Es muy temprano para un ajedrecista, pero no para Gata Kamski y s inefable padre, Rustam, que y están desayunando tras los ejercicios gimnásticos de rigor. Este siberiano de origen y estadounidense de asilo ha vivido 19 años espartanos. Cuando era niño, su progenitor se empeñó en convertirlo en un genio de la música "como Paganini". Se trasladaron a Leningrado, "donde había mucha envidia", y las cosas no fueron bien. Así que decidieron cambiarse al ajedrez.
Un par de horas después, algunos jugadores pasan fugazmente por el comedor. Tiene prisa para preparar las partidas que comienzan a las tres de la tarde. Esta es una de las faceta que más impresionan al neófito sobre todo ahora, con los adelantos de la informática. Las bases de datos permiten almacenar cientos de miles de partidas, clasificadas por jugadores y aperturas (formas de comenzar el juego). Hay que estudiar las novedades de los torneos más recientes y las últimas partidas del rival de turno, así como sus punto débiles, antes de elegir el planteamiento más adecuado.
Esto último produce grande quebraderos de cabeza: "Éste creerá que yo le voy a jugar la defensa francesa. Pero también puede pensar que yo creo que él se la espera, así que optaré por la siciliana. ¿Qué demonios hago?". Algunos desarrolla todo ese proceso sin salir de la habitación, como los rusos Gari Kaspárov y Anatoli Kárpov, cuyos ayudantes les llevan la comida. Hasta en esto son opuestos Kárpov se alimenta frugalmente antes de las partidas; el menú preferido de Kaspárov a las dos de la tarde es aceitunas, salmón, solomillo y helado.
Disparo de adrenalina
Escenario, 15.00. Ha llegado una hora del rito. Todos ocupan su sitio pausadamente, excepto Kaspárov, que entra como un obús. Cuando el árbitro español Carlos Falcón pone los relojes e marcha, se produce un dispar de adrenalina en las mentes de 13 hombres y una mujer -la húngara Judit Polgar, de 17 años-; casi todos se comportan como si les fuera la vida. Así tienen que comportarse los gladiadores para que su emperador -Luis Rentero, el director técnico- vuelva a invitarles.Comedor, 21.15. Los perdedores se maldicen y, en casos extremos, llegan a preguntarse el sentido de sus vidas. Viswana han Anand y Vasili Ivanchuk, ambos, de 24 años, representa las caras opuestas. El indio, al que se le atribuye un talento ir nato superior al de Kaspárov aplica a su profesión ese pragmatismo tan abundante entre lo asiáticos.
El ucranio, un manojo de nervios, se desahoga a través del estómago. Un camarero lo relató como si hubiera visto una alucinación: "Había perdido; cenó dos platos y se fue. Volvió a la media hora y se comió una tarta; 45 minutos después tomó asiento de nuevo para tomar un par de yogures. Pero el colmo llegó a la once de la noche, cuando pidió dos huevos fritos con patatas".
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