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Los españoles trabajan la resurrección

Con el regreso a Europa del circuito de golf, la atención del mundillo se ha concentrado en los dos españoles que más su fren: Severiano Ballesteros y José María Olazábal. La última vez que cualquiera de los dos ganó un torneo, Neil Kinnock era todavía secretario general del Partido Laborista. Los que antes asustaban como invencibles ahora parecen impotentes.Ballesteros, que hace su debut de temporada hoy en el Open de Andalucía, cumplirá 37 años en abril. Casi tantas como sus primaveras es el número de profesores a los que ha pedido consejo en las últimas temporadas. En la última Ryder Cup, en septiembre, consultó a cinco sabios diferentes en una sola tarde.

Esta promiscuidad ha acabado por confundir a uno de los jugadores en la historia del deporte que con más naturalidad hacía los movimientos con un palo de golf. David Leadbetter, que ha trabajado en algunas ocasiones con el cántabro, lo resume: "Antes lanzaba la bola lejos y desviada; ahora, cerca y desviada. Es una combinación terrible. Su técnica apesta".

La última temporada fue la primera desde 1976 en la que Ballesteros no ganó ni un torneo y se ha preparado para embarcarse en esta nueva campaña declarándose confiado. Una seguridad en sí mismo generada en parte por la convicción de que ha encontrado la clave del swing para curar su legendario carácter salvaje en los tees de salida. Se muestra callado cuando se le pide que revele algún detalle, aunque dice que eso, es algo que ha sacado después de estudiar fotografías de Sam Snead en acción. El renovado vigor de Ballesteros tiene, además, algo que ver con el régimen que ha seguido este invierno: ha engordado al tiempo que ha perdido grasas. Ha conseguido aumentar de peso con un duro trabajo de musculación, y a pesar de un drástico corte de pelo, estilo Marine, adquirido durante sus vacaciones invernales de dos meses en Arizona (Estados, Unidos).

"Mi espalda me ha molestado durante gran parte de mi carrera. "Pero los ejercicios que estoy efectuando me hacen sentirme mucho más en forma y también han suavizado mi incomodidad". Nadie debe dudar de que su determinación es una fuerza de nuevo.

Cuando tenía 27 años, Ballesteros ya había ganado tres torneos de Grand Slam y estaba a punto de coleccionar un cuarto. Olazábal cumplió esos 27 la semana pasada y aún no ha ganado ni uno. Casi lo consiguió en el Masters de Augusta de 1991, pero un bogey en el último hoyo le impidió el desempate con el galés lan Woosnam. Meses enteros se pasó Olázabal maldiciendo cuando recordaba lo que él consideraba un fracaso abyecto al agarrar esa oportunidad. Ahora, según su manager, Sergio Gómez, esa actitud ha cambiado.

"Nunca le había visto tan relajado", dice Gómez. "Antes pensaba que un mal golpe era la mayor tragedia de su vida, pero ahora acepta que no. Se da cuenta de que es normal que haga malos golpes". Como Ballesteros, Olazábal terminó la última temporada en noviembre. Ni siquiera se dejó deslumbrar en invierno por ofertas lucrativas en lugares como Jamaica, Dubai y Thailandia. En lugar de eso se quedó a jugar al golf con sus amigos, normalmente en tres campos -Seignosse, Hossegor y Chiberta- en el País Vasco francés. Y como Ballesteros, Olazábal ha trabajado aspectos técnicos de su juego.

Los golfistas Nick Faldo y Nick Price, sin embargo, son de los que piensan que el juego de Olazábal precisa de una cirugía más radical. "Creo que ha empezado a hacer mal el drive [golpe de salida] por culpa de su grip [forma de empuñar el palo]", dice Price. "Ha perdido velocidad un poco de velocidad de mano y fuerza", añade Faldo. "Creo que ha sufrido un retroceso en su técnica. Si yo fuera él, intentaría cambiar el swing [latigazo que se da con el cuerpo en los golpes largos]". A menos que Olazábal muerda esa bala, mejore en esos aspectos, seguirá disparando con balas de fogueo cuando los grandes torneos comiencen.

Copyright: The Independent-EL PAÍS

Nicklaus estará con Ballesteros en su regreso

Jack Nicklaus, el hombre que acumula más victorias en la historia del golf -incluidos 18 torneos del Gran Slam-, será el introductor de Severiano, Ballesteros en su debú de la temporada. La cita comienza hoy en el campo de Montecastillo, en Jerez.Ballesteros ha cuidado minuciosamente la ocasión. Ha elegido un campo que conoce bien porque lo gestiona y se ha hecho arropar por el veterano campeón norteamericano, que lo diseñó. Es la quinta vez que Nicklaus visita España. Todo parece estar dispuesto para que el español inicie de la mejor forma posible la temporada que quiere sea de rehabilitación tras una decepcionante campaña el año pasado.

Ballesteros asegura tener "buenas vibraciones" después de estar dos meses en Estados Unidos tratándose de sus problemas de espalda. Los dos campeones jugarán juntos el jueves y el viernes acompañados por el malagueño Miguel Ángel Jiménez. En el torneo también participarán José María Olazábal (séptimo en Tenerife) y el escocés Sandy Lyle.

En el campo de Montecastillo, cuyos 18 hoyos completos se inauguraron a principios de 1993, estarán igualmente el sueco Mats Lanner y los ingleses David Gilford, Paul Eales y Andrew Oldcon. Los tres primeros han ganado ya este año en el circuito europeo; el cuarto defiende el título.

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