_
_
_
_

Mucha versión y poca ideología en el homenaje a Los Ramones

Hubo momentos la noche del pasado miércoles en los que la sala Siroco de Madrid pareció el CBGB neoyorquino, el local donde a finales de los setenta se gestó el punk yanqui y donde Los Ramones actuaban con frecuencia. La fiesta para homenajear al grupo norteamericano empezó con el trío Bandogs al grito de ¡Gabba-gabba-hey!".La sala, que al principio registraba menos de media entrada, acabó abarrotada de jóvenes ataviados con camisetas de Los Ramones con eslóganes famosos del grupo. Sin embargo, ninguno de los grupos parecía acercarse a los orígenes barriobajeros de Los Ramones. Faltaron también las melenas, los vaqueros rotos y las playeras gastadas de la mítica banda.

Bandogs, un grupo formado por estudiantes, dedicó uno de sus temas, Sweet little girl, a "los de Medicina". Los de Medicina se encontraban, obviamente, entre el público coreando todas las versiones.

Un descanso prolongado por la necesidad de adecuar para un diestro la batería -el de Bandogs era zurdo- del siguiente grupo provocó las protetsas del respetable, que se entregó cuando Mutantes, por fin, subió al escenario.

Con mayor veteranía que los primeros, Mutantes -tres madrileños procedentes de Reversibles- fue desgranando un montón de composiciones propias cantadas en castellano: French kiss, que habla de sexo oral, y Salta, Nacho fueron las más celebradas entre la cada vez más poblada sala y los saltos del público llegaban casi al techo. Terminaron con una tanda de versiones de Los Ramones, que interpretaron fielmente, sin pausas entre canciones: Hey ho lets go?, Do you wanna dance, Sheena is a punk rocker y California sun.

Eterna rebeldía

Pero ni entre el público ni entre los grupos que actuaron se vieron copias de la típica imagen de los músicos neoyorquinos. La eterna rebeldía de Ramones se manifiesta en su manera de vestir -y en sus canciones de inconformismo juvenil-, como se vio en la maratoniana gira que el pasado año recorrió el territorio nacional, y que dista bastante poco de la imagen de su primera visita a España, en septiembre de 1980, cuando actuaron en la plaza de toros de Vista Alegre, en Carabanchel. Los Ramones pronto celebrarán 20 años en escena y recientemente han rendido tributo a sus grupos favoritos con el disco de versiones Acid eater."Yo jamás te hubiera conocido si no llega a ser por Los Ramones", decía una vieja canción de Pistones que, curiosamente, no fue el miércoles interpretada por ninguno de los grupos, a pesar de que la última banda en actuar, Padrastros, la haya interpretado en otras ocasiones. Este divertido cuarteto cerró la noche de homenaje. Su sonido, más sucio que los anteriores, hizo elevar la tensión de la sala.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_